martes, 13 de diciembre de 2011

Cómo recuperarse de una relación conflictiva ?? (Parte II)

Continuamos con los pasos a seguir:

3-BUSQUE UN GRUPO DE APOYO INTEGRADO POR PARES QUE LA  
                      ENTIENDAN                              
Qué significa
 Un grupo de apoyo de pares no es una reunión no estructurada de mujeres que hablan de todas las cosas horribles que les han hecho los hombres, ni sobre las malas pasadas que les ha hecho la vida. Un grupo es un lugar donde trabajar para su propia recuperación. Es importante hablar de traumas pasados, pero si descubre que usted u otras mujeres relatan largas historias con muchos "él dijo... y entonces yo le dije...", es probable que esté en la senda equivocada, y quizá también en el grupo equivocado. La empatía sola no provocará la recuperación. Un buen grupo de apoyo se dedica a ayudar a mejorar a todas las que asisten e incluye a algunos miembros que han logrado cierto grado de recuperación y que pueden compartir con las recién
llegadas los principios por los cuales lo lograron. Será necesario asistir con regularidad. Si bien es importante para las demás que usted esté allí, su asistencia es para su propio beneficio. A fin de recibir lo que el grupo tiene para ofrecer, usted debe presentarse. El secreto se devela. Claro que no todos lo saben, pero algunas personas sí. Usted acude a grupos de familiares de alcohólicos y hay una suposición tácita de que alguna vez, en algún lugar, usted se vio afectada por el alcoholismo. El miedo de que otros lo sepan evita que mucha gente obtenga la ayuda que podría salvarles la vida y las relaciones. Recuerde que en cualquier grupo de apoyo válido su asistencia y lo que se discute allí nunca sale del grupo. Se respeta y protege su privacidad. De no ser así, es necesario encontrar un grupo donde sí lo sea.

                   4-  DESARROLLE SU ESPIRITUALIDAD CON LA PRÁCTICA DIARIA
Qué significa
Bueno, significa distintas cosas para las distintas personas. Para algunas de ustedes, la idea en sí resulta de inmediato repelente, y quizás usted se esté preguntando si puede saltar este paso. No quiere saber nada de ese asunto de "Dios". Para usted, tales creencias son inmaduras e ingenuas, y usted es demasiado sofisticada para tomarlas en serio. Otras tal vez ya estén rezando con decisión a un Dios que no parece escucharlas. Les han dicho lo que está mal y lo que necesitan componer y aun así se sienten muy mal. O quizá han rezado tanto durante tanto tiempo sin obtener resultados visibles que se han enfadado, se han dado por vencidas, o se sienten traicionadas y se preguntan qué cosa terrible han hecho para merecer ese castigo. Tenga usted o no una creencia en Dios -y, si la tiene, hable con él o no-, igualmente puede practicar este paso.

Averigüe qué es lo que le da paz y serenidad y dedique un poco de tiempo, al menos media hora diaria, a esa práctica. Por angustiantes que sean sus circunstancias, esta disciplina puede traerle alivio e incluso consuelo.... Si usted tiene una fe activa, si la ejerce con regularidad y reza con frecuencia, desarrollar su espiritualidad puede significar confiar en que lo que está ocurriendo en su vida tiene su propia razón y sus propios resultados, y que Dios está a cargo de su pareja, no usted. Tómese un tiempo de tranquilidad para meditar y rezar, y para pedir consejo sobre la forma de vivir su propia vida al tiempo que deja que los demás vivan la suya. Desarrollar su espiritualidad, sea cual fuere su orientación religiosa, básicamente significa abandonar la obstinación, la decisión de hacer que las cosas sucedan como creemos que deben suceder. En cambio, usted debe aceptar el hecho de que quizá no sepa lo que es mejor en una situación dada para usted misma o para otra persona. Es posible que haya resultados y soluciones que usted nunca tuvo en cuenta, o quizá los que usted más temió y trató de evitar sean exactamente lo que se necesita para que las cosas comiencen a mejorar.  Obstinación significa creer que usted sola tiene todas las respuestas. Abandonar la obstinación significa estar dispuesta a permanecer quieta, a abrirse, y a esperar asesoramiento para usted misma. Significa aprender a deshacerse del miedo (todos los "¿y si...?") y la desesperación (todos los "si tan sólo...") y reemplazarlos con declaraciones y pensamientos positivos sobre su vida....

Requiere voluntad, no fe. A menudo con la voluntad viene la fe. Si usted no quiere fe, es probable que no la consiga, pero aun así puede encontrar más serenidad que nunca. Sin desarrollo espiritual, es casi imposible dejar de manejar y controlar, y llegar a creer que todo saldrá como debe.
La práctica espiritual la tranquiliza, y ayuda a cambiar su perspectiva de víctima por la de verse elevada.
Es una fuente de fortaleza en las crisis. Cuando los sentimientos o las circunstancias son abrumadores, usted necesita recurrir a algo más grande que usted misma. Sin desarrollo espiritual, es casi imposible abandonar la obstinación, y sin abandonar la obstinación usted no podrá dar el siguiente paso. No podrá dejar de manejar y controlar al hombre de su vida porque seguirá creyendo que es su deber hacerlo. No podrá ceder el control de la vida de él a una fuerza más elevada que usted misma... Como usted tendrá acceso al consuelo espiritual, su vida y su felicidad estarán más bajo su control y menos vulnerables a las acciones de los demás.

(Continúa)

Tomado de "Las Mujeres que aman demasiado" Robin Norwood




lunes, 12 de diciembre de 2011

Cómo recuperarse de una relación conflictiva ?? (Parte I)

La recuperación de una mujer que vive una relación conflictiva, no depende de la gravedad de sus problemas.  Todas, no importa su circunstancia, se parecen mucho en su carácter; pero una mujer que ha logrado recuperarse difiere abismalmente de quién era y de lo que era antes de su recuperación.
He aquí 10 pasos a seguir para lograrlo, son muy sencillos, pero no fáciles de llevar a cabo y cada uno es sumamente importante:

                       1 - BUSQUE AYUDA.
    Qué significa
    El primer paso en la búsqueda de ayuda puede implicar desde la consulta de un libro pertinente en la biblioteca (lo cual puede requerir una enorme cantidad de coraje; ¡una se siente como si todo el mundo estuviera mirando!) hasta concertar una cita con un terapeuta.
    Puede significar una llamada anónima a una línea de emergencia, o ponerse en contacto con una agencia  que se especialice en la clase de problemas que usted enfrenta, ya sea coalcoholismo, una historia de incesto, una pareja que la golpea, o lo que sea, averiguar dónde se reúne un grupo de autoayuda y reunir el coraje para asistir. Incluso puede significar llamar a la policía. Básicamente, buscar ayuda significa hacer algo, dar el primer paso, extender la mano. Es muy importante entender que buscar ayuda no significa amenazar a su pareja con el hecho de que usted está pensando en hacerlo. Un movimiento así, por lo general, es un intento de chantajearlo para que se corrija de modo que usted no tenga que exponerlo públicamente como la pésima persona que es.
    Déjelo fuera del asunto. De otro modo, buscar ayuda (o amenazar con hacerlo) será apenas un intento más de manejarlo y controlarlo. Trate de recordar que está haciendo esto por usted.

                                    Es fundamental sincerarse consigo misma y aceptar que usted no puede manejarlo sola, que el tiempo solo llevó a empeorar la situación a pesar de sus mejores esfuerzos. Lamentablemente, esta sinceridad sólo nos llega cuando la vida nos ha dado un golpe o una serie de golpes tan grandes que hemos caído de rodillas y jadeando. Una vez que encuentre una buena terapeuta, debe permanecer con ella y seguir sus recomendaciones. Nadie cambió nunca un patrón de toda la vida solamente con una o dos visitas a un profesional.

                                    Dé por sentado que su situación es peor de lo que usted se permite admitir actualmente, y que su enfermedad está avanzando. Comprenda que necesita tratamiento adecuado, que no puede hacerlo sola. Su negación le hace muy difícil ver la gravedad del problema y buscar la ayuda necesaria.

                                    Para muchas mujeres, buscar ayuda ni siquiera parece una alternativa; hacerlo les parece correr un riesgo innecesario en una situación ya precaria. "No quería que él se enfadara" es la respuesta clásica de la mujer golpeada cuando se le pregunta por qué no llamó a la policía. Un profundo miedo de empeorar las cosas, irónicamente, la convicción de que aún puede controlar la situación de alguna manera evitan que recurra a las autoridades, o a otros que podrían ayudarla.

                                    Hay un concepto clave en la recuperación. ¿Usted merece algo mejor que sus circunstancias actuales? ¿Qué está dispuesta a hacer para mejorar su propia situación? Comience por el principio, y busque ayuda.

                                                       2 - HAGA QUE SU RECUPERACION SEA SU PRIMERA PRIORIDAD.

                                    Qué significa
                                     Significa decidir que, no importa lo que se requiera, usted está dispuesta a seguir esos pasos para ayudarse. Ahora bien, si eso le  parece extremo, piense un momento hasta qué extremos estaría dispuesta a llegar para hacerlo cambiar a él, para ayudarlo a él a recuperarse. Entonces desvíe la fuerza de esa energía hacia usted misma. Aquí la fórmula mágica es que, si bien todo su trabajo y todos sus esfuerzos no pueden cambiarlo a él, usted sí puede, con el mismo gasto de energías, cambiarse a sí misma.  Entonces, use su poder donde pueda surtir efecto: ¡en su propia vida!
                                    Requiere un compromiso total con usted misma. Tal vez le resulte muy difícil hacerlo, pero si cumple con los
                                    procedimientos de asistir a las consultas, participar en un grupo de apoyo, etc., eso la ayudará a aprender a valorar y promover su propio bienestar.
                                    Para colaborar en el proceso, esté dispuesta a educarse sobre su problema.Vaya a conferencias pertinentes al tema y averigüe lo que se sabe sobre los efectos de esa experiencia en la vida posterior. Será algo incómodo y a veces hasta doloroso exponerse a esa información, pero no tan incómodo como el continuar viviendo sus patrones sin ninguna comprensión de la forma en que su pasado la controla. Con la comprensión viene la oportunidad de elegir, de modo que cuanto mayor sea la comprensión, mayor será su libertad para elegir. Se requiere también la voluntad de continuar invirtiendo tiempo y quizá también dinero
                                    para curarse. El compromiso total con su recuperación también requiere que usted reduzca severamente o suspenda del todo el consumo del alcohol o de otras drogas durante el proceso terapéutico. El malestar y el miedo que le produzcan esos sentimientos pueden llevarla a intentar apagarlos de una manera u otra (incluso utilizando la comida como droga), pero es  importante que no lo haga. La mayor parte del "trabajo" de terapia ocurre durante las horas en que usted no está en el grupo ni en sesión.

                                    Para contribuir a ponerlo en perspectiva, considere los extremos a los que llegaría usted si tuviera cáncer y alguien le ofreciera una esperanza de recuperación. Esté dispuesta a llegar a esos extremos para recuperarse de esta enfermedad, que destruye la calidad de la vida y, posiblemente, la vida misma.

                                    (Continúa)
                                    Tomado de "Las mujeres que aman demasiado" Robin Norwood




                                    viernes, 2 de diciembre de 2011

                                    Negación y Control = Familia disfuncional



                                     "Hay muchos hombres", dijo la Bella, "que son peores monstruos que tú, y yo te prefiero a pesar de tu aspecto"
                                    La Bella y la Bestia

                                    "Los cuentos de hadas, que representan tan bien las lecciones de la cultura que los crea y perpetúa, han venido ofreciendo desde hace siglos versiones de este drama. En La Bella y la Bestia, una joven bella e inocente conoce a un monstruo repulsivo y aterrador. Para salvar a su familia de la ira del monstruo, la joven acepta vivir con él. Al llegar a conocerlo, a la larga vence su odio inicial y, finalmente, llega a amarlo, a pesar de su personalidad animal. Cuando eso sucede, claro está, se produce un milagro: él queda liberado de su aspecto bestial y recupera su forma, no sólo humana, sino también principesca. El príncipe recuperado  pasa a ser su pareja agradecida y adecuada. De esta manera, el amor de la joven y su aceptación del monstruo se ven pagados con creces cuando ella asume su lugar apropiado junto a él, para compartir una vida de dicha y buenaventura.
                                    La Bella y la Bestia, al igual que todos los cuentos de hadas que han perdurado a través de siglos de ser contados de una y otra vez, encarna una profunda verdad espiritual en el contexto de una historia irresistible. Las verdades espirituales son muy difíciles de comprender y más difíciles aun de poner en práctica porque a menudo van en contra de los valores contemporáneos. Por lo tanto, hay una tendencia a interpretar los cuentos de hadas en una forma que refuerce la tendencia cultural. Al hacerlo, es fácil pasar por alto su significado más profundo. Más adelante analizaremos la profunda lección espiritual que tiene para nosotros La Bella y la Bestia. Pero primero debemos examinar la tendencia cultural que este cuento de hadas parece acentuar: el hecho de que una mujer puede cambiar a un hombre si lo ama lo suficiente.
                                    Esta creencia, tan poderosa, tan generalizada, se infiltra hasta el centro de nuestras psiquis individuales y grupales. En nuestra forma diaria de hablar y de actuar se ve reflejada la tácita suposición cultural de que podemos cambiar a alguien, para mejor, mediante la fuerza de nuestro amor y de que, si somos mujeres, es nuestro deber hacerlo. Cuando alguien a quien queremos no actúa ni siente como nosotras desearíamos, buscamos maneras de intentar cambiar la conducta o el ánimo de esa persona, por lo general, con la bendición de otros que nos dan consejos y aliento en nuestros esfuerzos (" ¿Has probado...?"). Las sugerencias pueden ser tan contradictorias como numerosas, pero pocos amigos y parientes pueden
                                    resistirse a la tentación de hacerlas. Todos se concentran en ayudar. Incluso los medios de comunicación entran en escena, no sólo reflejando este sistema de creencias sino además, con su influencia, reforzándolo y perpetuándolo mientras continúan delegando el trabajo a las mujeres. Por ejemplo, tanto las revistas para mujeres como ciertas publicaciones de interés general siempre parecen publicar artículos del tipo "Cómo ayudar a su hombre a ser más...", mientras que en las revistas para hombres los correspondientes artículos sobre "Cómo ayudar a su mujer a ser más..." virtualmente no existen.
                                    Y las mujeres compramos esas revistas y tratamos de seguir su consejo, con la esperanza de ayudar al hombre de nuestra vida a convertirse en lo que queremos y necesitamos que sea.
                                    ¿Por qué a las mujeres nos atrae tan profundamente la idea de convertir a alguien infeliz, enfermo o peor en nuestra pareja perfecta? ¿Por qué es un concepto tan atractivo, tan perdurable?
                                    Para algunos, la respuesta parecería obvia: la ética judeo-cristiana encarna el concepto de ayudar a aquellos que son menos afortunados que nosotros. Nos enseñan que es nuestro deber responder con compasión y generosidad cuando alguien tiene un problema. No juzgar sino ayudar: ésa parece ser nuestra obligación moral.
                                    Lamentablemente, estos motivos virtuosos de ninguna manera explican por completo el comportamiento de millones de mujeres que eligen como pareja a hombres que son crueles, indiferentes, abusivos, emocionalmente inaccesibles, adictos, o incapaces por alguna otra razón de ser cariñosos y de interesarse por ellas. Las mujeres que aman demasiado hacen esas elecciones impulsadas por una necesidad de controlar a quienes están más cerca de ellas. Esa necesidad de controlar a otros se origina en la niñez, durante la cual se experimentan muchas emociones abrumadoras: miedo, furia, insoportable tensión, culpa, vergüenza, pena por otros y por uno mismo. Una niña que creciera en un ambiente así sería afectada por esas emociones hasta el punto de ser incapaz de funcionar a menos que desarrollara formas de protegerse.
                                    Siempre, sus herramientas de autoprotección incluyen un poderoso mecanismo de defensa, la negación, y una igualmente poderosa motivación subconsciente, el control. Todos empleamos inconscientemente mecanismos de defensa tales como la negación a lo largo de nuestra vida, a veces por cuestiones bastante triviales y otras veces por asuntos y acontecimientos importantes. De otro modo, tendríamos que enfrentar hechos acerca de quiénes somos y lo que pensamos y sentimos que no concuerdan con nuestra imagen idealizada de nosotros mismos y de nuestras circunstancias. El mecanismo de negación resulta especialmente útil para ignorar información con la que no queremos tratar. Por ejemplo, el no advertir (negar)  cuánto está creciendo un hijo puede ser una manera de evitar sentimientos relacionados con el abandono del hogar por parte de ese hijo. O el no ver ni sentir (negar) el aumento de peso que se refleja tanto en el espejo como en la ropa ajustada puede permitir que sigamos deleitándonos con nuestras comidas favoritas.
                                    Se puede definir a la negación como el hecho de rehusarse a admitir la realidad en dos niveles: en el nivel de lo que está sucediendo en realidad, y en el nivel de los sentimientos. Examinemos la forma en que la negación ayuda a preparar a una niñita para crecer y convertirse en una mujer que ama demasiado. Cuando niña puede, por ejemplo, tener un progenitor que rara vez esté en casa por las noches debido a aventuras extra matrimoniales. Al decirse ella misma, o al decirle otros miembros de la familia, que ese progenitor está
                                    "trabajando", ella niega que haya problemas entre sus padres o que esté sucediendo algo anormal. Eso evita que sienta miedo por la estabilidad de su familia y por su propio bienestar. 
                                    Además, ella se dice que ese progenitor está trabajando mucho, lo cual despierta compasión en lugar de la ira y la vergüenza que sentiría si enfrentara la realidad. De esa manera, niega tanto la realidad como sus sentimientos con respecto a esa realidad, y crea una fantasía con la que le resulta más fácil vivir. Con la práctica, adquiere mucha habilidad para protegerse del dolor en esa forma, pero al mismo tiempo pierde la capacidad de elegir libremente lo que hace. Su negación obra en forma automática, involuntaria.
                                    En una familia disfuncional siempre hay una negación compartida de la realidad. Por serios que sean los problemas, la familia no se vuelve disfuncional a menos que se produzca la negación. Más aun, si algún miembro de la familia intentara librarse de esa negación, por ejemplo describiendo la situación familiar en términos precisos, el resto de la familia se resistiría con fuerza a esa percepción. A menudo se utiliza el ridículo para poner a esa persona en su lugar, o, si eso fallara, el miembro renegado de la familia es excluido del círculo de aceptación, afecto y actividad, Nadie que utilice el mecanismo de defensa de la negación hace una elección consciente de excluir la realidad, de usar anteojeras a fin de dejar de registrar con precisión lo que dicen y hacen los demás, como nadie en quien opere la negación decide dejar de sentir sus propias
                                    emociones. Simplemente "sucede" a medida que el yo, en su lucha por proporcionar protección contra los miedos, las cargas y los conflictos abrumadores, cancela la información que resulta demasiado problemática...... 

                                    ...Según notamos antes, el cuento La Bella y la Bestia parecería ser un vehículo para perpetuar la creencia de que una mujer tiene el poder de transformar a un hombre si tan sólo le brinda amor con devoción. En este nivel de interpretación, el cuento parece defender tanto la negación como el control como métodos para lograr la felicidad. La Bella, al amar al temible monstruo sin cuestionamientos (negación), parece tener el poder de cambiarlo (controlarlo).
                                    Esta interpretación parece acertada, porque encaja con los roles sexuales que dicta nuestra cultura. No obstante, yo sugiero que una interpretación tan simplista equivoca ampliamente el significado de este antiguo cuento de hadas. El hecho de que esta historia perdure no se debe a que refuerza los preceptos y estereotipos de cualquier época. Perdura porque encarna una profunda ley metafísica, una lección vital sobre cómo vivir nuestra vida en forma sensata y  buena. Es como si la historia contuviera un mapa secreto, el cual, si tenemos la astucia suficiente para descifrarlo y el coraje de seguirlo, nos guiará a un gran tesoro escondido: nuestra propia felicidad por siempre jamás.
                                    Entonces, ¿cuál es la intención de La Bella y la Bestia? La aceptación. La aceptación es la antítesis de la negación y el control. Es la voluntad de reconocer cuál es la realidad y dejarla tal como es, sin necesidad de modificarla. En eso radica una felicidad que surge no de la manipulación de la gente o de las condiciones externas, sino del desarrollo de la paz interior, aun frente a los desafíos y dificultades.
                                    Recuerde que, en el cuento de hadas, la Bella no tenía necesidad de que la Bestia cambiara. Ella lo veía con realismo, lo aceptaba tal como era y lo apreciaba por sus buenas cualidades. No trataba de convertir a un monstruo en un príncipe. No decía: "Seré feliz cuando él ya no sea un animal." No le tenía lástima por lo que era ni trataba de cambiarlo. Y allí radica la lección. Debido a su actitud de aceptación, la Bestia fue liberada para convertirse en su verdadero yo. El hecho de que su verdadero yo resultara ser un apuesto príncipe (y una pareja perfecta para la Bella) demuestra simbólicamente que ella fue recompensada con creces por practicar la aceptación. Su recompensa fue una existencia rica y plena, representada por su vida feliz por siempre jamás con el príncipe.
                                    La verdadera aceptación de un individuo tal como es, sin tratar de cambiarlo mediante el aliento, la manipulación o la coacción, es una forma muy elevada del amor y, para la mayoría de nosotros, resulta muy difícil de practicar. En el fondo de todos nuestros esfuerzos para cambiar a alguien hay un motivo básicamente egoísta, una creencia de que a través de ese cambio seremos felices. No hay nada malo en desear ser felices, pero colocar la fuente de esa felicidad fuera de nosotros mismos, en las manos de otra persona, significa que evitamos nuestra capacidad y nuestra responsabilidad de modificar nuestra propia vida para bien. 
                                    Resulta irónico, pero esta misma práctica de la aceptación es lo que permite a otra persona cambiar si así lo desea."

                                    "Mujeres que aman demasiado"  Robin Norwood