miércoles, 16 de noviembre de 2011

Noviazgos adolescentes - Violencia

 La violencia se da en algunos noviazgos adolescentes, y puede manifestarse de varias maneras como física, psicológica y/o sexualmente. De acuerdo a los resultados arrojados en esta investigación, actualmente en el noviazgo se presenta mayormente la violencia psicológica; aunque este tipo de violencia no implica heridas físicas, éstas se pueden borrar, en cambio; los recuerdos derivados de la violencia psicológica son más difíciles de olvidar.


La violencia psicológica en los noviazgos adolescentes actuales es tal, que las jóvenes llegan a cambiar su comportamiento con tal de evitar peleas, al igual que cambian su forma de vestir; además la mayoría de ellas ha perdido contacto con amigos, familiares y compañeros de escuela, con tal de que su pareja no se moleste.



Cabe mencionar que este tipo de relación generalmente se vuelve un tormento para las jóvenes ya que sus parejas se burlan de ellas y las critican constantemente, en pocas palabras son menospreciadas por ellos; y de ser unas jóvenes alegres, seguras de sí mismas, independientes, etc., se pueden transformar en todo lo contrario debido a la presión ejercida por sus novios.


Tomando en cuenta que en la etapa de la adolescencia se hacen presentes las inseguridades y necesidades de aprobación, es común encontrar relaciones donde la mujer deposita su confianza a la pareja esperando recibir aprobación y compañía por parte de él.

Cuando existe un interés y cariño sincero siempre se buscará el bien de la otra persona; el respeto es un valor que debe estar presente en distintos aspectos como lo son las ideas, la toma de decisiones, opiniones, gustos, hábitos costumbres, entre otras cosas.

De acuerdo con los resultados obtenidos, la mayoría de las jovencitas sienten que sus parejas no respetan sus hábitos ni costumbres, así como tampoco toman en cuenta sus opiniones; es decir, el respeto es un valor que no se encuentra del todo en los noviazgos adolescentes actuales.

Es tan marcada la falta que hace el respeto en las relaciones, que la mayor parte de las adolescentes se ven influenciadas por sus parejas al momento de tomar una decisión; lo que significa perder la individualidad, incluso la fidelidad hacia uno mismo.

Dentro de este escenario es muy fácil encontrar parejas donde la mujer no se da cuenta que no está recibiendo precisamente lo que espera, y posiblemente esté siendo víctima de un abuso psicológico, lo que se convierte en un círculo vicioso del que no pueden salir con la esperanza de que la pareja llegará a convertirse en lo anhelado por ser la persona con quien desea estar.

Se considera que esta situación de violencia se hace crítica en la actualidad, pues los adolescentes son los portadores de los cambios culturales, puede llamárseles víctimas del estilo de crianza, del ritmo de vida actual, de las múltiples influencias en los medios que alteran el ideal en educación, o peor aún: víctimas de violencia en el noviazgo.

Fuente: TNRELACIONES

sábado, 12 de noviembre de 2011

Violencia en el noviazgo es física, emocional y sexual


Las agresiones en el noviazgo muchas veces no son percibidas como tales porque los jóvenes los ven como una característica normal de género
 La encuesta realizada por el Instituto Mexicana de la Juventud (imjuve) arroja muchas cifras que podrían no revelar mucho para las personas, por ello Roberto Castro Casique de la UNAM lo analiza desde la perspectiva del género.
El investigador dice que de acuerdo con la encuesta el 34.9% de los jóvenes entre 15 y 24 años de edad han sufrido violencia por parte de su novio o novia, sin embargo, de acuerdo con su educación, ya sea tradicional o de equidad, interpreta las agresiones como tales o las pasa desapercibidas. 
Siendo más probable que quienes se asumen en una sociedad machista son más propensos a experimentar violencia en sus relaciones, ya sean emocionales, físicas o sexuales. 
Asimismo Castro Casique encontró que los jóvenes que vivieron agresiones o las presenciaron durante la infancia corren más riesgo de padecerla en una situación de noviazgo. 
Esta misma encuesta encontró que el 10% de los hombres y 9% de las mujeres sufrieron agresiones por parte de las personas que los cuidaban y 34% y 27% respectivamente los golpeaban de niños.
Los investigadores en su libro además describen que el tipo de agresión más frecuente es la física y es padecida por ambos aunque sólo el 10% de los hombres lo percibe como agresión y el 3% de las mujeres.
 Esto ocurre, explica el investigador porque en general ser un hombre violento está englobada en la descripción de un hombre, pero no en la de una mujer por ello es que si una mujer cachetea o patea a su novio este sí lo percibe como agresión aunque en general no le da importancia, mientras que si es la mujer la agredida sólo el 3% se siente violentada y busca terminar con la relación. 
Por su parte, la violencia emocional ha sido experimentada por el 42.7% de los hombres y por 35.8% de las mujeres y de acuerdo con los investigadores esto ocurre por la forma en la que se vive y se piensa sobre la dominación del género.
Y en lo que respecta a la violencia sexual, que puede traducirse en tener relaciones sexuales sin desearlo o que se les imponga no usar condón es sufrida por el 8.3% de las jóvenes de 15 a 19 años y por 7.8 de 20 a 24, mientras que los hombres no revelaron haber sufrido agresiones de este tipo.
FUENTE: UNAM.

Alto porcentaje de mexicanos justifica el maltrato


De siete países de América Latina encuestados el año pasado, México fue donde más personas justificaron que un hombre golpee en algún momento a su esposa
 Ciudad de México. De siete países de América Latina encuestados el año pasado, México fue donde más personas justificaron que un hombre golpee en algún momento a su esposa, de acuerdo con el informe “El Progreso de las Mujeres en el Mundo: en busca de la justicia”, de la agencia ONU Mujeres.
El reporte destaca que en 17 de 41 países consultados por la Asociación de la Encuesta Mundial de Valores 2010, al menos 25% cree justificable golpear a la esposa. En México, 23% manifestó esa opinión. Sólo 4% de los argentinos avala ese tipo de acciones; en cambio, en Zambia, golpear a una mujer es aceptado por 68%.
En América Latina, señala el documento, las indígenas han sido grandes luchadoras en pro del reconocimiento de sus sistemas originarios de justicia. Es el caso de México, donde el reporte destaca el logro que fue la creación de instituciones como la Casa de la Mujer Indígena (CAMI), que trabaja con víctimas de violencia doméstica y tribunales locales para defender los derechos de las mujeres.
Sin embargo, el reporte también alude a la situación de inseguridad y violencia que viven las mexicanas, derivado de conflictos armados o del narcotráfico, y destaca el caso de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez y la histórica resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de 2009 sobre el caso “Campo Algodonero”, y que exigió reparaciones al gobierno mexicano.
El reporte también señala que México es uno de los países donde el aborto es legal, si el embarazo pone en peligro el bienestar físico o mental de la madre y existen leyes contra la violencia doméstica, sexual y el acoso.
En cuanto a los derechos políticos de las mujeres, el documento muestra que en el país había 14 legisladoras en 1997; hoy son 25. En participación laboral, la desigualdad de género sigue siendo evidente. Según cifras de 2009, las mujeres son 43% de la fuerza laboral, contra el 81% de los hombres.

No poder decir basta !!!


Una vez iniciadas, ¿por qué resulta tan difícil poner fin a estas relaciones, dejar a esa persona que nos está arrastrando por todos los pasos dolorosos de esa danza destructiva? Hay una regla empírica que dice así: cuanto más difícil es poner fin a una relación que es mala para nosotros, más elementos de nuestra lucha infantil contiene. Cuando amamos demasiado, es porque tratamos de vencer los viejos miedos, enojos, frustraciones y dolores de la niñez, y darse por vencido es renunciar a una valiosísima oportunidad de encontrar alivio y de rectificar lo que hemos hecho mal.
Si bien éstos son los fundamentos psicológicos inconscientes que explican nuestro impulso de estar con él a pesar del dolor, hacen poca justicia a la intensidad de nuestra experiencia consciente.
Sería difícil exagerar la pura carga emocional que este tipo de relación, una vez iniciada, acarrea para la mujer involucrada. Cuando ella intenta separarse de la relación con el hombre a quien ama demasiado, siente como si miles de voltios de energía dolorosa fluyeran a toda velocidad y salieran por los extremos cercenados de los mismos. La antigua sensación de vacío renace y se arremolina a su alrededor, arrastrándola hacia el lugar donde aún pervive su terror infantil a estar sola, y ella está segura de que se ahogará en el dolor.
Esta clase de carga -las chispas, la atracción, el impulso de estar con esa otra persona y de hacer que la relación funcione- no está presente en la misma medida en las relaciones más saludables y satisfactorias, porque no representan todas las posibilidades de saldar viejas cuentas y de prevalecer sobre lo que una vez fue abrumador. Esta emocionante posibilidad de rectificar viejos errores, de recuperar el amor perdido y de ganar una aprobación reprimida es lo que, para las mujeres que aman demasiado, constituye la atracción inconsciente que subyace al hecho de enamorarse.
Es también por eso que, cuando entran en nuestra vida hombres que se interesan por nuestro bienestar, nuestra felicidad y nuestra realización personal, y que presentan la verdadera posibilidad de una relación sana, por lo general no nos interesan. Y no nos equivoquemos; esa clase de hombres sí entran en nuestra vida. Cada una de mis pacientes que ha amado demasiado ha podido recordar por lo menos a uno, y a menudo a varios hombres a quienes describieron como "realmente agradables... tan amables... de verdad se preocupaban por mí..." Entonces, por lo general, viene la sonrisa irónica y la pregunta: "¿Por qué no me quedé con él?" A menudo ella es capaz de responder su propia pregunta enseguida: "Por alguna razón nunca me entusiasmó tanto. Supongo que era demasiado agradable, ¿no?" Una respuesta mejor sería que las acciones de él y nuestras reacciones, sus movimientos y aquellos con que nosotras los correspondimos, no conformaban un dúo perfecto. Si bien estar en compañía de él puede resultarnos agradable, sedante e interesante, nos cuesta considerar esa relación como algo importante y digno de desarrollarse en un nivel más serio.
A los hombres así los dejamos de inmediato o los ignoramos, o, en el mejor de los casos, los relegamos a la categoría de "sólo amigos", porque no despertaron en nosotras los latidos intensos del corazón ni el nudo en el estómago que hemos llegado a llamar amor.
A veces estos hombres permanecen en la categoría de "amigos" durante muchos años; se reúnen con nosotras de vez en cuando para beber algo y secar nuestras lágrimas mientras les relatamos la última traición, ruptura o humillación de nuestra relación actual. Esa clase de hombres compasivos y comprensivos no nos pueden ofrecer el drama, el dolor o la tensión que nos parecen tan estimulantes y correctos. Eso se debe a que, para nosotras, lo que debiera hacemos sentir mal ha llegado a hacemos sentir bien y lo que debiera parecernos bueno ha llegado a parecemos extraño, sospechoso e incómodo. Hemos aprendido, a través de una prolongada y estrecha asociación, a preferir el dolor. Un hombre más sano y cariñoso no puede tener un rol importante en nuestra vida hasta que aprendamos a liberamos de la necesidad de revivir una y otra vez la vieja lucha.
Una mujer con antecedentes más saludables tiene reacciones y, por consiguiente, relaciones, que son muy distintas, porque la lucha y el sufrimiento no le resultan tan familiares, no integran en tanta medida su historia y, por lo tanto, no son cómodos para ella. Si el hecho de estar con un hombre hace que se sienta incómoda, herida, preocupada, decepcionada, enfadada, celosa, o le provoca algún otro tipo de perturbación emocional, ella lo experimentará como desagradable y aversivo, algo que debe evitar en lugar de insistir. Por otro lado, sí insistirá con una relación que le ofrezca cariño, consuelo y compañerismo porque eso la hace sentir bien. Se podría decir, sin temor a equivocarse, que la atracción entre dos personas que tienen la capacidad de crear una relación gratificante sobre la base de un intercambio de respuestas sanas, si bien puede ser fuerte y excitante, nunca es tan apremiante como la atracción entre una mujer que ama demasiado y el hombre con quien puede "bailar".

Tomado de "Las mujeres que aman demasiado" de Norwood Robin.

Si bien se aplica a mujeres porque es en quienes de da en la mayoría de los casos, también es aplicable en hombres, aunque en menor escala.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Violencia causa trastornos mentales


 Violencia causa trastornos mentales

Crean asociación “Ya basta de Violencia Contra la Mujer” para educar a adolescentes en la prevención
Depresión y ansiedad son los principales trastornos que sufren las mujeres a causa de la violencia ejercida en su contra, la cual se da desde el seno del hogar, en las escuelas e incluso en las relaciones de noviazgo; lo más lamentable es que este deterioro mental implica también
lesiones o desarrollo de enfermedades que pueden ser causa de muerte.

Así se reveló al presentarse la asociación civil “Ya Basta de Violencia Contra la Mujer”, cuya presidenta Sylvia Sánchez Alcántara precisó que la agresión de género se manifiesta en la violencia intrafamiliar,  agresiones físicas o verbales, sexuales, así como en delitos como la explotación laboral y tráfico de mujeres y niñas.

A esto se agregan lesiones musculares o fracturas derivadas de golpes, que las pueden dejar discapacitadas de manera permanente o incluso causarles la muerte. 

Puntualizó que de acuerdo a datos del INEGI, una de cada cinco mexicanas ha sido maltratada física o sexualmente, lo cual representa no sólo un grave problema social, sino también de salud pues estas mujeres al sufrir de depresión o ansiedad desarrollan síntomas como fatiga, falta de concentración y  otros más que les impiden desarrollarse tanto en el plano familiar, escolar y laboral.

Por su parte, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), señala que en el país fallecen a diario 6 féminas a causa de la violencia. 

Con el objetivo de revertir este grave problema de salud pública, enfatizó Sánchez Alcántara, este año iniciará una campaña basada en el obsequio a estudiantes de secundaria y preparatoria del libro “Contra la violencia hacia las mujeres”, donde se establecen los mecanismos de prevención y la forma de revertir la agresión de género.

Uno de los propósitos, destacó, es el de invitar a las jóvenes de preparatoria a ayudar a las adolescentes de secundaria, para una mejor percepción del daño que  representa la violencia contra las mujeres, dentro del hogar, las escuelas, así como en las relaciones de noviazgo, a fin de que sean capaces de defenderse y evitarlo

Violencia, problema aprendido en la niñez

La violencia intrafamiliar se origina desde la infancia, debido a un entorno de tensión y de maltrato que se repite en la etapa adulta.


Ocasionalmente existen trastornos mentales no identificados plenamente en el padre o la madre que pueden derivar en actitudes agresivas, pero en la mayoría de los casos la violencia intrafamiliar obedece a un modelo de conductas aprendidas desde la niñez, precisamente en el seno del hogar, lo cual involucra abuso físico y en ocasiones sexual, así como psicológico, explicó a SUMEDICO el doctor Edgar Díaz Franco (*), investigador y encargado del Programa de Embarazo Adolescente del departamento de Psicología del Instituto Nacional de Perinatología. 

En el aspecto psicológico, la agresión se puede dar de manera verbal, con ofensas, burlas o acciones para ridiculizar en público a la víctima, o bien con castigos de sometimiento o que infundan miedo en el menor, como encerrarlos en lugares pequeños y oscuros. 

"Pero los niños no van a juzgar a los padres, ni siquiera en casos de abuso sexual, porque para ellos su mamá o papá tienen la razón y si los castigan es porque algo hicieron mal. Incluso si no hay muestras de amor, los pequeños piensan que es su culpa". 

 El experto apuntó que la violencia en los primeros cinco años de vida marca a cualquier persona, porque los niños no cuentan con mecanismos de defensa para protegerse emocionalmente, por tanto, crece con un aprendizaje de la violencia como una situación "normal". 

Cómo se forja la codependencia 

Cuando un menor crece con violencia, sin atención psicológica alguna, tiene una enorme tendencia a crecer como un adolescente y después un adulto codependiente, es decir, puede convertirse en un agresor o establecer relaciones disfuncionales que le pueden causar mucho daño, donde el varón o la mujer sean objeto constante de agresiones físicas, verbales, económicas o psicológicas. 

El doctor Díaz Franco hizo énfasis en que se trata de un círculo vicioso que se mantiene constante durante generaciones, pues para estas personas abusadas o abusadoras es una condición "normal", en su subconsciente es la forma de buscar la aprobación, el amor de su pareja, de una forma mal entendida. 

 "Este tipo de codependencia actualmente causa una gran preocupación en los noviazgos entre adolescentes, pues se ha generalizado el maltrato físico, verbal o emocional, donde ambas partes tienen culpa: La chica que se deja abofetear la primera vez, lo cual se va a repetir de manera recurrente; el joven que permite lo insulten, es por ello que se hace tan necesario, primero que la sociedad tome conciencia de estos abusos y, segundo, que se asuma el compromiso personal de que se requiere ayuda profesional". 

Sobreprotección, la peor violencia 

En este esquema de aprendizaje de la violencia, "puede darse una faceta donde la madre o el padre, al ser conscientes de todas sus carencias, tiendan a sobreproteger a su hijo, en un afán de darles todo lo que ella o él carecieron, sin embargo, esto no ayuda en nada, por el contrario, se da otra forma de agresión que puede ser aún más severa", acotó el doctor Díaz Franco. 

Esto, abundó, "porque se le tiende a dar al niño o niña todo lo que quiere y se le permite hacer lo que le parezca, convirtiéndolo en el mediano y largo plazo en una persona inútil, imposibilitada a valerse por sí misma".

En una situación así, el menor puede convertirse en un agresor, que tiende a maltratar a su pareja, hijos y demás personas cercanas, en el afán de que seguir en el proceso de obtener lo que desea; o bien, es posible que se convierta en víctima de violencia, porque no sabe valerse por sí misma. 

Signos de alerta 

 Si bien una persona abusada, sea un menor, mujer u hombre, se sienten mal por el constante temor y pesar en el que viven, lo cierto es que requieren de ayuda. Por eso es que las personas deben de conocer los signos de alerta que pueden revelar cuando un familiar, amistad o persona cercana es víctima de violencia intrafamiliar:

Parece temerosa y ansiosa por satisfacer a su pareja, o en el caso de menores a sus padres
Avala todo lo que su pareja, o padres hacen o dicen.
Recibe constantes llamadas de su casa
Tiene frecuentes heridas, dice que son a causa de "accidentes"
Frecuentemente falta al trabajo, a la escuela, o eventos sociales sin explicación.
Viste con ropa que oculta heridas, moretones, cicatrices, etc.
Se aísla porque tiene restringido ver familiares y/o amigos.
Rara vez sale sin su pareja, o en el caso de los hijos no se les permite ir con sus amigos.
Tiene acceso limitado al dinero, tarjetas de crédito, etcétera
Su autoestima es baja y muestra depresión.


Fuente:http://www.sumedico.com/