jueves, 5 de enero de 2012

Cómo recuperarse de una relación conflictiva (Parte III)


5. DEJE DE MANEJARLO y DE CONTROLARLO
Qué significa
Dejar de manejarlo y controlarlo significa no ayudarlo ni aconsejarlo. Supongamos que este otro adulto a quien usted está ayudando y aconsejando tiene tanta capacidad como usted  para encontrar un empleo, un apartamento, un terapeuta, una reunión de A. A., o cualquier otra cosa que necesite. Quizá no tenga tanta motivación como usted para encontrar esas cosas para sí mismo, o para solucionar sus propios problemas. Pero cuando usted trata de solucionarle sus problemas, él queda liberado de su propia responsabilidad por su propia vida.
Entonces usted queda a cargo del bienestar de él, y cuando sus esfuerzos fallan, él la culpará a usted.
No manejarlo ni controlarlo también significa salirse del rol de alentarlo y elogiarlo. Es probable que usted haya utilizado esos métodos para tratar de que él hiciera lo que usted quería, y eso significa que se han convertido en herramientas para manipularlo. El elogio y el aliento están muy cerca de la presión, y cuando usted hace eso nuevamente está tratando de controlar la vida de él. Piense por qué usted alaba algo que él ha hecho. ¿Lo hace para ayudar a elevar su amor propio? Eso es manipulación. ¿Lo hace para que él continúe con la conducta que usted está elogiando? Eso es manipulación. ¿Lo hace para que él sepa lo orgullosa que está? Eso puede ser una carga pesada para él. Deje que él desarrolle su propio orgullo a partir de sus propios logros. De otro modo, se acercará peligrosamente a un rol de madre para con él. El no necesita otra madre (¡por mala que haya sido su madre!) y, lo que es más pertinente: usted no necesita que él sea su hijo.
Significa dejar de observarlo. Preste menos atención a lo que él está haciendo y más atención a su propia vida.   El debe solucionar sus propios problemas, no usted. Deje que él asuma toda la responsabilidad por sus problemas y todo el crédito por sus soluciones. Manténgase afuera. (Si usted está ocupada con su propia vida y practicando su propio desarrollo espiritual, le resultará más fácil apartar los ojos de él.)
Significa desprenderse. Para eso es necesario que usted desembarace su ego de los  sentimientos de él y, especialmente, de sus acciones y los resultados de las mismas. Es necesario que usted le permita ocuparse de las consecuencias de su conducta, que no lo salve de su dolor. Puede continuar queriéndolo, pero no lo cuide. Permítale encontrar su propio camino, tal como usted está tratando de encontrar el suyo.

Aprender a no decir ni hacer nada es una de las tareas más difíciles que usted enfrentará en la recuperación. Cuando la vida de él es inmanejable, cuando todo en usted quiere hacerse cargo, aconsejarlo y alentarlo, manipular la situación de cualquier manera que usted pueda, debe aprender a estarse quieta, a respetar a esa otra persona lo suficiente para permitir que la lucha sea de él, no de usted.
Requiere enfrentar sus propios miedos con respecto a lo que podría pasarle a él y a su relación si usted deja de manejarlo todo, y luego se esfuerza por eliminar esos miedos en lugar de manipularlo a él.
Requiere que usted use su práctica espiritual para sostenerse cuando se asuste. Su desarrollo espiritual cobra especial importancia cuando usted aprende a dejar de sentir que debe dirigir todo.  La sensación de no tener control sobre sí misma cuando deja de intentar controlar a otros puede ser alarmante. Aquí puede serle útil su práctica espiritual.
Cuando usted deja de controlar y manejar, también debe abandonar la idea de que "cuando él cambie seré feliz". Es posible que él no cambie nunca. Usted debe dejar de intentar hacerlo cambiar. Y debe aprender a ser feliz de todos modos.
Por qué es necesario dejar de manejarlo y controlarlo
Mientras usted se concentre en cambiar a alguien sobre quien no tiene poder (y nadie tiene poder para cambiar a nadie más que a sí mismo), no puede emplear sus energías para ayudarse a sí misma.
La mayor parte de la insania y la desesperación que usted experimenta proviene directamente de sus intentos de manejar y controlar lo que no puede. Piense en todos los intentos que ha hecho: los interminables sermones, los ruegos, las amenazas, extorsiones, tal vez incluso violencia, todos los caminos que ha probado y que no han dado resultado. Y recuerde cómo se sintió después de cada intento fallido. Su autoestima se redujo más aun, y se volvió más ansiosa, más impotente, más furiosa. La única manera de salir de todo eso es abandonar los intentos de controlar lo que no puede: a él y su vida.
Finalmente, es necesario dejar de hacerlo porque él casi nunca cambiará ante esa presión por parte de usted. Lo que debiera ser problema de él empieza a parecer de usted y, de alguna manera, usted termina atascada en ese problema a menos que deje de intentarlo. Aun cuando él trate de apaciguarla con alguna promesa de cambiar sus costumbres, es probable que vuelva a su viejo comportamiento, a menudo con mucho resentimiento hacia usted. Recuerde: si usted es la razón por la cual él abandona una conducta, también será la razón por la cual la reanude.
 Qué implica dejar de manejarlo y controlarlo
Es probable que él se enfade mucho y la acuse de no quererlo más. Esa ira se genera en el pánico que siente él al tener que responsabilizarse por su propia vida. Mientras pueda pelear con usted, hacerle promesas o tratar de recuperarla, su lucha está fuera de él, con usted, y no dentro de él consigo mismo. (¿Le resulta conocido? Esto también se aplica para usted, mientras su pelea sea con él.)
 Haga sus afirmaciones en voz baja o en silencio.
Es muy probable que, una vez que usted realmente deje de manejarlo y controlarlo, se libere gran parte de su energía, que entonces usted podrá utilizar para examinarse, desarrollarse y mejora. Sin embargo, es importante saber que volverá a sentir la tentación de  buscar una razón de ser fuera de sí misma. Evite esa inclinación y manténgase concentrada en usted misma.
Es justo mencionar que, mientras usted abandone el rol de componer la vida de él, las cosas pueden  volverse caóticas, y usted puede recibir críticas de gente que no entiende lo que está haciendo (o lo que no está haciendo). Trate de no estar a la defensiva y no se moleste en darles explicaciones detalladas. Si lo desea, recomiéndeles este libro y luego cambie de tema.
Si insisten, evítelos por algún tiempo. Por lo general, tales críticas son mucho menos frecuentes y mucho menos intensas de lo que esperamos y tememos. Nosotras, somos nuestras peores críticas, y proyectamos nuestra expectativa a críticas a quienes nos rodean, las vemos y oímos en todas partes. Manténgase de
su propio lado en todo esto, y el mundo se convertirá por arte de magia en un lugar de mayor
aprobación.
Una de las implicaciones del hecho de dejar de manejar y controlar a otros es que usted debe renunciar a la identidad de “ser útil” pero, irónicamente, esa misma renunciación es a menudo lo más útil que usted pueda hacer por la persona que ama. La identidad de “ser útil” es un error del ego. Si realmente quiere ser útil, renuncie a los problemas de él y ayúdese a sí misma.