
El primer paso en la recuperación de la codependencia, es entender la verdadera naturaleza pecaminosa de la codependencia. Una vez que se ha logrado esto, la clave para una recuperación a largo plazo es acoger algunas enseñanzas encontradas en la Biblia. Los cristianos están llamados a cambiar su comportamiento, siguiendo el ejemplo de Jesucristo. En Mateo 5:37, Jesús dice: “Cuando ustedes digan 'sí', que sea realmente sí; y cuando digan 'no', que sea no. Cualquier cosa de más, proviene del maligno”. Los codependientes deben tomarse tiempo para responder a los pedidos, de tal manera que puedan seguir estas palabras de Jesús y no verse forzados a responder “sí” cuando en realidad, lo que quieren decir es “no”. Deben dejar de tratar de comprar a la gente o las situaciones y pedirle a Dios que les de la fortaleza para confiar en él en todas las cosas. Ellos deben darse cuenta y reconocer que Dios está en control y que él les ama y ama a la gente que les rodea, mucho más de lo que ellos pueden hacerlo. Deben creer que él puede obrar milagros en las vidas de los otros y en las suyas propias, cuando se le deja el camino libre.
Sigue los Grandes Mandamientos
La recuperación de la codependencia solo es posible cuando la gente está dispuesta a hacer cambios. Los codependientes deben seguir los dos grandes mandamientos: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente … Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:37,39). Si vamos a poner a Dios primero, debemos estar dispuestos a seguir lo que él nos manda a hacer. Alguna gente podría decir: “Si debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, primero debemos aprender lo que significa amarnos a nosotros mismos”. Sin embargo, Jesús nos estaba diciendo que demos a otros toda la atención amorosa que nos damos a nosotros mismos. “Pues nadie ha odiado jamás a su propio cuerpo; al contrario, lo alimenta y lo cuida” (Efesios 5:29).
Los codependientes deben entender el amor de Dios primero. Deben darse cuenta que sirven a la audiencia de el ÚNICO. Deben refrenar su deseo de “rescatar” a la gente de su propia (engañada) necesidad de ser amados o necesitados. Deben aprender cómo rehusarse a tomar responsabilidad por situaciones en las que otros son responsables y deben aprender a buscar y apoyarse en Dios para que haga crecer a estas personas a través de sus pruebas. Los codependientes pueden aprender a ayudar a la gente con un corazón de servicio, sin desear nada a cambio. Cuando ellos aprenden a aceptar los errores, fracasos e insuficiencias de las otras personas, pueden refrenar el dar consejos o tratar de arreglar las situaciones de otros, a menos que se les pida ayuda.
Encuentra el Equilibrio de Dios
La recuperación de la codependencia requiere que los codependientes pongan a Dios primero, que crean su Palabra, que tomen decisiones serias, encuentren equilibrio en su agenda y hagan de las relaciones familiares una prioridad. Cuando pasan tiempo con Dios primero cada día, él puede multiplicar su tiempo y guiarles a través del día con paz y fortaleza. Los codependientes deben aprender a no sabotear sus vidas, al permitir que la gente, eventos o distracciones, no les dejen tener una relación diaria con Dios. Ellos pueden ser transformados con la renovación de sus mentes (Romanos 12:1-3), memorizando la Palabra de Dios, teniendo comunión con otros creyentes y comunicándose con Dios en un esquema de minuto a minuto.
Fuente: Desafíos de Vida
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