martes, 13 de diciembre de 2011

Cómo recuperarse de una relación conflictiva ?? (Parte II)

Continuamos con los pasos a seguir:

3-BUSQUE UN GRUPO DE APOYO INTEGRADO POR PARES QUE LA  
                      ENTIENDAN                              
Qué significa
 Un grupo de apoyo de pares no es una reunión no estructurada de mujeres que hablan de todas las cosas horribles que les han hecho los hombres, ni sobre las malas pasadas que les ha hecho la vida. Un grupo es un lugar donde trabajar para su propia recuperación. Es importante hablar de traumas pasados, pero si descubre que usted u otras mujeres relatan largas historias con muchos "él dijo... y entonces yo le dije...", es probable que esté en la senda equivocada, y quizá también en el grupo equivocado. La empatía sola no provocará la recuperación. Un buen grupo de apoyo se dedica a ayudar a mejorar a todas las que asisten e incluye a algunos miembros que han logrado cierto grado de recuperación y que pueden compartir con las recién
llegadas los principios por los cuales lo lograron. Será necesario asistir con regularidad. Si bien es importante para las demás que usted esté allí, su asistencia es para su propio beneficio. A fin de recibir lo que el grupo tiene para ofrecer, usted debe presentarse. El secreto se devela. Claro que no todos lo saben, pero algunas personas sí. Usted acude a grupos de familiares de alcohólicos y hay una suposición tácita de que alguna vez, en algún lugar, usted se vio afectada por el alcoholismo. El miedo de que otros lo sepan evita que mucha gente obtenga la ayuda que podría salvarles la vida y las relaciones. Recuerde que en cualquier grupo de apoyo válido su asistencia y lo que se discute allí nunca sale del grupo. Se respeta y protege su privacidad. De no ser así, es necesario encontrar un grupo donde sí lo sea.

                   4-  DESARROLLE SU ESPIRITUALIDAD CON LA PRÁCTICA DIARIA
Qué significa
Bueno, significa distintas cosas para las distintas personas. Para algunas de ustedes, la idea en sí resulta de inmediato repelente, y quizás usted se esté preguntando si puede saltar este paso. No quiere saber nada de ese asunto de "Dios". Para usted, tales creencias son inmaduras e ingenuas, y usted es demasiado sofisticada para tomarlas en serio. Otras tal vez ya estén rezando con decisión a un Dios que no parece escucharlas. Les han dicho lo que está mal y lo que necesitan componer y aun así se sienten muy mal. O quizá han rezado tanto durante tanto tiempo sin obtener resultados visibles que se han enfadado, se han dado por vencidas, o se sienten traicionadas y se preguntan qué cosa terrible han hecho para merecer ese castigo. Tenga usted o no una creencia en Dios -y, si la tiene, hable con él o no-, igualmente puede practicar este paso.

Averigüe qué es lo que le da paz y serenidad y dedique un poco de tiempo, al menos media hora diaria, a esa práctica. Por angustiantes que sean sus circunstancias, esta disciplina puede traerle alivio e incluso consuelo.... Si usted tiene una fe activa, si la ejerce con regularidad y reza con frecuencia, desarrollar su espiritualidad puede significar confiar en que lo que está ocurriendo en su vida tiene su propia razón y sus propios resultados, y que Dios está a cargo de su pareja, no usted. Tómese un tiempo de tranquilidad para meditar y rezar, y para pedir consejo sobre la forma de vivir su propia vida al tiempo que deja que los demás vivan la suya. Desarrollar su espiritualidad, sea cual fuere su orientación religiosa, básicamente significa abandonar la obstinación, la decisión de hacer que las cosas sucedan como creemos que deben suceder. En cambio, usted debe aceptar el hecho de que quizá no sepa lo que es mejor en una situación dada para usted misma o para otra persona. Es posible que haya resultados y soluciones que usted nunca tuvo en cuenta, o quizá los que usted más temió y trató de evitar sean exactamente lo que se necesita para que las cosas comiencen a mejorar.  Obstinación significa creer que usted sola tiene todas las respuestas. Abandonar la obstinación significa estar dispuesta a permanecer quieta, a abrirse, y a esperar asesoramiento para usted misma. Significa aprender a deshacerse del miedo (todos los "¿y si...?") y la desesperación (todos los "si tan sólo...") y reemplazarlos con declaraciones y pensamientos positivos sobre su vida....

Requiere voluntad, no fe. A menudo con la voluntad viene la fe. Si usted no quiere fe, es probable que no la consiga, pero aun así puede encontrar más serenidad que nunca. Sin desarrollo espiritual, es casi imposible dejar de manejar y controlar, y llegar a creer que todo saldrá como debe.
La práctica espiritual la tranquiliza, y ayuda a cambiar su perspectiva de víctima por la de verse elevada.
Es una fuente de fortaleza en las crisis. Cuando los sentimientos o las circunstancias son abrumadores, usted necesita recurrir a algo más grande que usted misma. Sin desarrollo espiritual, es casi imposible abandonar la obstinación, y sin abandonar la obstinación usted no podrá dar el siguiente paso. No podrá dejar de manejar y controlar al hombre de su vida porque seguirá creyendo que es su deber hacerlo. No podrá ceder el control de la vida de él a una fuerza más elevada que usted misma... Como usted tendrá acceso al consuelo espiritual, su vida y su felicidad estarán más bajo su control y menos vulnerables a las acciones de los demás.

(Continúa)

Tomado de "Las Mujeres que aman demasiado" Robin Norwood




lunes, 12 de diciembre de 2011

Cómo recuperarse de una relación conflictiva ?? (Parte I)

La recuperación de una mujer que vive una relación conflictiva, no depende de la gravedad de sus problemas.  Todas, no importa su circunstancia, se parecen mucho en su carácter; pero una mujer que ha logrado recuperarse difiere abismalmente de quién era y de lo que era antes de su recuperación.
He aquí 10 pasos a seguir para lograrlo, son muy sencillos, pero no fáciles de llevar a cabo y cada uno es sumamente importante:

                       1 - BUSQUE AYUDA.
    Qué significa
    El primer paso en la búsqueda de ayuda puede implicar desde la consulta de un libro pertinente en la biblioteca (lo cual puede requerir una enorme cantidad de coraje; ¡una se siente como si todo el mundo estuviera mirando!) hasta concertar una cita con un terapeuta.
    Puede significar una llamada anónima a una línea de emergencia, o ponerse en contacto con una agencia  que se especialice en la clase de problemas que usted enfrenta, ya sea coalcoholismo, una historia de incesto, una pareja que la golpea, o lo que sea, averiguar dónde se reúne un grupo de autoayuda y reunir el coraje para asistir. Incluso puede significar llamar a la policía. Básicamente, buscar ayuda significa hacer algo, dar el primer paso, extender la mano. Es muy importante entender que buscar ayuda no significa amenazar a su pareja con el hecho de que usted está pensando en hacerlo. Un movimiento así, por lo general, es un intento de chantajearlo para que se corrija de modo que usted no tenga que exponerlo públicamente como la pésima persona que es.
    Déjelo fuera del asunto. De otro modo, buscar ayuda (o amenazar con hacerlo) será apenas un intento más de manejarlo y controlarlo. Trate de recordar que está haciendo esto por usted.

                                    Es fundamental sincerarse consigo misma y aceptar que usted no puede manejarlo sola, que el tiempo solo llevó a empeorar la situación a pesar de sus mejores esfuerzos. Lamentablemente, esta sinceridad sólo nos llega cuando la vida nos ha dado un golpe o una serie de golpes tan grandes que hemos caído de rodillas y jadeando. Una vez que encuentre una buena terapeuta, debe permanecer con ella y seguir sus recomendaciones. Nadie cambió nunca un patrón de toda la vida solamente con una o dos visitas a un profesional.

                                    Dé por sentado que su situación es peor de lo que usted se permite admitir actualmente, y que su enfermedad está avanzando. Comprenda que necesita tratamiento adecuado, que no puede hacerlo sola. Su negación le hace muy difícil ver la gravedad del problema y buscar la ayuda necesaria.

                                    Para muchas mujeres, buscar ayuda ni siquiera parece una alternativa; hacerlo les parece correr un riesgo innecesario en una situación ya precaria. "No quería que él se enfadara" es la respuesta clásica de la mujer golpeada cuando se le pregunta por qué no llamó a la policía. Un profundo miedo de empeorar las cosas, irónicamente, la convicción de que aún puede controlar la situación de alguna manera evitan que recurra a las autoridades, o a otros que podrían ayudarla.

                                    Hay un concepto clave en la recuperación. ¿Usted merece algo mejor que sus circunstancias actuales? ¿Qué está dispuesta a hacer para mejorar su propia situación? Comience por el principio, y busque ayuda.

                                                       2 - HAGA QUE SU RECUPERACION SEA SU PRIMERA PRIORIDAD.

                                    Qué significa
                                     Significa decidir que, no importa lo que se requiera, usted está dispuesta a seguir esos pasos para ayudarse. Ahora bien, si eso le  parece extremo, piense un momento hasta qué extremos estaría dispuesta a llegar para hacerlo cambiar a él, para ayudarlo a él a recuperarse. Entonces desvíe la fuerza de esa energía hacia usted misma. Aquí la fórmula mágica es que, si bien todo su trabajo y todos sus esfuerzos no pueden cambiarlo a él, usted sí puede, con el mismo gasto de energías, cambiarse a sí misma.  Entonces, use su poder donde pueda surtir efecto: ¡en su propia vida!
                                    Requiere un compromiso total con usted misma. Tal vez le resulte muy difícil hacerlo, pero si cumple con los
                                    procedimientos de asistir a las consultas, participar en un grupo de apoyo, etc., eso la ayudará a aprender a valorar y promover su propio bienestar.
                                    Para colaborar en el proceso, esté dispuesta a educarse sobre su problema.Vaya a conferencias pertinentes al tema y averigüe lo que se sabe sobre los efectos de esa experiencia en la vida posterior. Será algo incómodo y a veces hasta doloroso exponerse a esa información, pero no tan incómodo como el continuar viviendo sus patrones sin ninguna comprensión de la forma en que su pasado la controla. Con la comprensión viene la oportunidad de elegir, de modo que cuanto mayor sea la comprensión, mayor será su libertad para elegir. Se requiere también la voluntad de continuar invirtiendo tiempo y quizá también dinero
                                    para curarse. El compromiso total con su recuperación también requiere que usted reduzca severamente o suspenda del todo el consumo del alcohol o de otras drogas durante el proceso terapéutico. El malestar y el miedo que le produzcan esos sentimientos pueden llevarla a intentar apagarlos de una manera u otra (incluso utilizando la comida como droga), pero es  importante que no lo haga. La mayor parte del "trabajo" de terapia ocurre durante las horas en que usted no está en el grupo ni en sesión.

                                    Para contribuir a ponerlo en perspectiva, considere los extremos a los que llegaría usted si tuviera cáncer y alguien le ofreciera una esperanza de recuperación. Esté dispuesta a llegar a esos extremos para recuperarse de esta enfermedad, que destruye la calidad de la vida y, posiblemente, la vida misma.

                                    (Continúa)
                                    Tomado de "Las mujeres que aman demasiado" Robin Norwood




                                    viernes, 2 de diciembre de 2011

                                    Negación y Control = Familia disfuncional



                                     "Hay muchos hombres", dijo la Bella, "que son peores monstruos que tú, y yo te prefiero a pesar de tu aspecto"
                                    La Bella y la Bestia

                                    "Los cuentos de hadas, que representan tan bien las lecciones de la cultura que los crea y perpetúa, han venido ofreciendo desde hace siglos versiones de este drama. En La Bella y la Bestia, una joven bella e inocente conoce a un monstruo repulsivo y aterrador. Para salvar a su familia de la ira del monstruo, la joven acepta vivir con él. Al llegar a conocerlo, a la larga vence su odio inicial y, finalmente, llega a amarlo, a pesar de su personalidad animal. Cuando eso sucede, claro está, se produce un milagro: él queda liberado de su aspecto bestial y recupera su forma, no sólo humana, sino también principesca. El príncipe recuperado  pasa a ser su pareja agradecida y adecuada. De esta manera, el amor de la joven y su aceptación del monstruo se ven pagados con creces cuando ella asume su lugar apropiado junto a él, para compartir una vida de dicha y buenaventura.
                                    La Bella y la Bestia, al igual que todos los cuentos de hadas que han perdurado a través de siglos de ser contados de una y otra vez, encarna una profunda verdad espiritual en el contexto de una historia irresistible. Las verdades espirituales son muy difíciles de comprender y más difíciles aun de poner en práctica porque a menudo van en contra de los valores contemporáneos. Por lo tanto, hay una tendencia a interpretar los cuentos de hadas en una forma que refuerce la tendencia cultural. Al hacerlo, es fácil pasar por alto su significado más profundo. Más adelante analizaremos la profunda lección espiritual que tiene para nosotros La Bella y la Bestia. Pero primero debemos examinar la tendencia cultural que este cuento de hadas parece acentuar: el hecho de que una mujer puede cambiar a un hombre si lo ama lo suficiente.
                                    Esta creencia, tan poderosa, tan generalizada, se infiltra hasta el centro de nuestras psiquis individuales y grupales. En nuestra forma diaria de hablar y de actuar se ve reflejada la tácita suposición cultural de que podemos cambiar a alguien, para mejor, mediante la fuerza de nuestro amor y de que, si somos mujeres, es nuestro deber hacerlo. Cuando alguien a quien queremos no actúa ni siente como nosotras desearíamos, buscamos maneras de intentar cambiar la conducta o el ánimo de esa persona, por lo general, con la bendición de otros que nos dan consejos y aliento en nuestros esfuerzos (" ¿Has probado...?"). Las sugerencias pueden ser tan contradictorias como numerosas, pero pocos amigos y parientes pueden
                                    resistirse a la tentación de hacerlas. Todos se concentran en ayudar. Incluso los medios de comunicación entran en escena, no sólo reflejando este sistema de creencias sino además, con su influencia, reforzándolo y perpetuándolo mientras continúan delegando el trabajo a las mujeres. Por ejemplo, tanto las revistas para mujeres como ciertas publicaciones de interés general siempre parecen publicar artículos del tipo "Cómo ayudar a su hombre a ser más...", mientras que en las revistas para hombres los correspondientes artículos sobre "Cómo ayudar a su mujer a ser más..." virtualmente no existen.
                                    Y las mujeres compramos esas revistas y tratamos de seguir su consejo, con la esperanza de ayudar al hombre de nuestra vida a convertirse en lo que queremos y necesitamos que sea.
                                    ¿Por qué a las mujeres nos atrae tan profundamente la idea de convertir a alguien infeliz, enfermo o peor en nuestra pareja perfecta? ¿Por qué es un concepto tan atractivo, tan perdurable?
                                    Para algunos, la respuesta parecería obvia: la ética judeo-cristiana encarna el concepto de ayudar a aquellos que son menos afortunados que nosotros. Nos enseñan que es nuestro deber responder con compasión y generosidad cuando alguien tiene un problema. No juzgar sino ayudar: ésa parece ser nuestra obligación moral.
                                    Lamentablemente, estos motivos virtuosos de ninguna manera explican por completo el comportamiento de millones de mujeres que eligen como pareja a hombres que son crueles, indiferentes, abusivos, emocionalmente inaccesibles, adictos, o incapaces por alguna otra razón de ser cariñosos y de interesarse por ellas. Las mujeres que aman demasiado hacen esas elecciones impulsadas por una necesidad de controlar a quienes están más cerca de ellas. Esa necesidad de controlar a otros se origina en la niñez, durante la cual se experimentan muchas emociones abrumadoras: miedo, furia, insoportable tensión, culpa, vergüenza, pena por otros y por uno mismo. Una niña que creciera en un ambiente así sería afectada por esas emociones hasta el punto de ser incapaz de funcionar a menos que desarrollara formas de protegerse.
                                    Siempre, sus herramientas de autoprotección incluyen un poderoso mecanismo de defensa, la negación, y una igualmente poderosa motivación subconsciente, el control. Todos empleamos inconscientemente mecanismos de defensa tales como la negación a lo largo de nuestra vida, a veces por cuestiones bastante triviales y otras veces por asuntos y acontecimientos importantes. De otro modo, tendríamos que enfrentar hechos acerca de quiénes somos y lo que pensamos y sentimos que no concuerdan con nuestra imagen idealizada de nosotros mismos y de nuestras circunstancias. El mecanismo de negación resulta especialmente útil para ignorar información con la que no queremos tratar. Por ejemplo, el no advertir (negar)  cuánto está creciendo un hijo puede ser una manera de evitar sentimientos relacionados con el abandono del hogar por parte de ese hijo. O el no ver ni sentir (negar) el aumento de peso que se refleja tanto en el espejo como en la ropa ajustada puede permitir que sigamos deleitándonos con nuestras comidas favoritas.
                                    Se puede definir a la negación como el hecho de rehusarse a admitir la realidad en dos niveles: en el nivel de lo que está sucediendo en realidad, y en el nivel de los sentimientos. Examinemos la forma en que la negación ayuda a preparar a una niñita para crecer y convertirse en una mujer que ama demasiado. Cuando niña puede, por ejemplo, tener un progenitor que rara vez esté en casa por las noches debido a aventuras extra matrimoniales. Al decirse ella misma, o al decirle otros miembros de la familia, que ese progenitor está
                                    "trabajando", ella niega que haya problemas entre sus padres o que esté sucediendo algo anormal. Eso evita que sienta miedo por la estabilidad de su familia y por su propio bienestar. 
                                    Además, ella se dice que ese progenitor está trabajando mucho, lo cual despierta compasión en lugar de la ira y la vergüenza que sentiría si enfrentara la realidad. De esa manera, niega tanto la realidad como sus sentimientos con respecto a esa realidad, y crea una fantasía con la que le resulta más fácil vivir. Con la práctica, adquiere mucha habilidad para protegerse del dolor en esa forma, pero al mismo tiempo pierde la capacidad de elegir libremente lo que hace. Su negación obra en forma automática, involuntaria.
                                    En una familia disfuncional siempre hay una negación compartida de la realidad. Por serios que sean los problemas, la familia no se vuelve disfuncional a menos que se produzca la negación. Más aun, si algún miembro de la familia intentara librarse de esa negación, por ejemplo describiendo la situación familiar en términos precisos, el resto de la familia se resistiría con fuerza a esa percepción. A menudo se utiliza el ridículo para poner a esa persona en su lugar, o, si eso fallara, el miembro renegado de la familia es excluido del círculo de aceptación, afecto y actividad, Nadie que utilice el mecanismo de defensa de la negación hace una elección consciente de excluir la realidad, de usar anteojeras a fin de dejar de registrar con precisión lo que dicen y hacen los demás, como nadie en quien opere la negación decide dejar de sentir sus propias
                                    emociones. Simplemente "sucede" a medida que el yo, en su lucha por proporcionar protección contra los miedos, las cargas y los conflictos abrumadores, cancela la información que resulta demasiado problemática...... 

                                    ...Según notamos antes, el cuento La Bella y la Bestia parecería ser un vehículo para perpetuar la creencia de que una mujer tiene el poder de transformar a un hombre si tan sólo le brinda amor con devoción. En este nivel de interpretación, el cuento parece defender tanto la negación como el control como métodos para lograr la felicidad. La Bella, al amar al temible monstruo sin cuestionamientos (negación), parece tener el poder de cambiarlo (controlarlo).
                                    Esta interpretación parece acertada, porque encaja con los roles sexuales que dicta nuestra cultura. No obstante, yo sugiero que una interpretación tan simplista equivoca ampliamente el significado de este antiguo cuento de hadas. El hecho de que esta historia perdure no se debe a que refuerza los preceptos y estereotipos de cualquier época. Perdura porque encarna una profunda ley metafísica, una lección vital sobre cómo vivir nuestra vida en forma sensata y  buena. Es como si la historia contuviera un mapa secreto, el cual, si tenemos la astucia suficiente para descifrarlo y el coraje de seguirlo, nos guiará a un gran tesoro escondido: nuestra propia felicidad por siempre jamás.
                                    Entonces, ¿cuál es la intención de La Bella y la Bestia? La aceptación. La aceptación es la antítesis de la negación y el control. Es la voluntad de reconocer cuál es la realidad y dejarla tal como es, sin necesidad de modificarla. En eso radica una felicidad que surge no de la manipulación de la gente o de las condiciones externas, sino del desarrollo de la paz interior, aun frente a los desafíos y dificultades.
                                    Recuerde que, en el cuento de hadas, la Bella no tenía necesidad de que la Bestia cambiara. Ella lo veía con realismo, lo aceptaba tal como era y lo apreciaba por sus buenas cualidades. No trataba de convertir a un monstruo en un príncipe. No decía: "Seré feliz cuando él ya no sea un animal." No le tenía lástima por lo que era ni trataba de cambiarlo. Y allí radica la lección. Debido a su actitud de aceptación, la Bestia fue liberada para convertirse en su verdadero yo. El hecho de que su verdadero yo resultara ser un apuesto príncipe (y una pareja perfecta para la Bella) demuestra simbólicamente que ella fue recompensada con creces por practicar la aceptación. Su recompensa fue una existencia rica y plena, representada por su vida feliz por siempre jamás con el príncipe.
                                    La verdadera aceptación de un individuo tal como es, sin tratar de cambiarlo mediante el aliento, la manipulación o la coacción, es una forma muy elevada del amor y, para la mayoría de nosotros, resulta muy difícil de practicar. En el fondo de todos nuestros esfuerzos para cambiar a alguien hay un motivo básicamente egoísta, una creencia de que a través de ese cambio seremos felices. No hay nada malo en desear ser felices, pero colocar la fuente de esa felicidad fuera de nosotros mismos, en las manos de otra persona, significa que evitamos nuestra capacidad y nuestra responsabilidad de modificar nuestra propia vida para bien. 
                                    Resulta irónico, pero esta misma práctica de la aceptación es lo que permite a otra persona cambiar si así lo desea."

                                    "Mujeres que aman demasiado"  Robin Norwood

                                    miércoles, 16 de noviembre de 2011

                                    Noviazgos adolescentes - Violencia

                                     La violencia se da en algunos noviazgos adolescentes, y puede manifestarse de varias maneras como física, psicológica y/o sexualmente. De acuerdo a los resultados arrojados en esta investigación, actualmente en el noviazgo se presenta mayormente la violencia psicológica; aunque este tipo de violencia no implica heridas físicas, éstas se pueden borrar, en cambio; los recuerdos derivados de la violencia psicológica son más difíciles de olvidar.


                                    La violencia psicológica en los noviazgos adolescentes actuales es tal, que las jóvenes llegan a cambiar su comportamiento con tal de evitar peleas, al igual que cambian su forma de vestir; además la mayoría de ellas ha perdido contacto con amigos, familiares y compañeros de escuela, con tal de que su pareja no se moleste.



                                    Cabe mencionar que este tipo de relación generalmente se vuelve un tormento para las jóvenes ya que sus parejas se burlan de ellas y las critican constantemente, en pocas palabras son menospreciadas por ellos; y de ser unas jóvenes alegres, seguras de sí mismas, independientes, etc., se pueden transformar en todo lo contrario debido a la presión ejercida por sus novios.


                                    Tomando en cuenta que en la etapa de la adolescencia se hacen presentes las inseguridades y necesidades de aprobación, es común encontrar relaciones donde la mujer deposita su confianza a la pareja esperando recibir aprobación y compañía por parte de él.

                                    Cuando existe un interés y cariño sincero siempre se buscará el bien de la otra persona; el respeto es un valor que debe estar presente en distintos aspectos como lo son las ideas, la toma de decisiones, opiniones, gustos, hábitos costumbres, entre otras cosas.

                                    De acuerdo con los resultados obtenidos, la mayoría de las jovencitas sienten que sus parejas no respetan sus hábitos ni costumbres, así como tampoco toman en cuenta sus opiniones; es decir, el respeto es un valor que no se encuentra del todo en los noviazgos adolescentes actuales.

                                    Es tan marcada la falta que hace el respeto en las relaciones, que la mayor parte de las adolescentes se ven influenciadas por sus parejas al momento de tomar una decisión; lo que significa perder la individualidad, incluso la fidelidad hacia uno mismo.

                                    Dentro de este escenario es muy fácil encontrar parejas donde la mujer no se da cuenta que no está recibiendo precisamente lo que espera, y posiblemente esté siendo víctima de un abuso psicológico, lo que se convierte en un círculo vicioso del que no pueden salir con la esperanza de que la pareja llegará a convertirse en lo anhelado por ser la persona con quien desea estar.

                                    Se considera que esta situación de violencia se hace crítica en la actualidad, pues los adolescentes son los portadores de los cambios culturales, puede llamárseles víctimas del estilo de crianza, del ritmo de vida actual, de las múltiples influencias en los medios que alteran el ideal en educación, o peor aún: víctimas de violencia en el noviazgo.

                                    Fuente: TNRELACIONES

                                    sábado, 12 de noviembre de 2011

                                    Violencia en el noviazgo es física, emocional y sexual


                                    Las agresiones en el noviazgo muchas veces no son percibidas como tales porque los jóvenes los ven como una característica normal de género
                                     La encuesta realizada por el Instituto Mexicana de la Juventud (imjuve) arroja muchas cifras que podrían no revelar mucho para las personas, por ello Roberto Castro Casique de la UNAM lo analiza desde la perspectiva del género.
                                    El investigador dice que de acuerdo con la encuesta el 34.9% de los jóvenes entre 15 y 24 años de edad han sufrido violencia por parte de su novio o novia, sin embargo, de acuerdo con su educación, ya sea tradicional o de equidad, interpreta las agresiones como tales o las pasa desapercibidas. 
                                    Siendo más probable que quienes se asumen en una sociedad machista son más propensos a experimentar violencia en sus relaciones, ya sean emocionales, físicas o sexuales. 
                                    Asimismo Castro Casique encontró que los jóvenes que vivieron agresiones o las presenciaron durante la infancia corren más riesgo de padecerla en una situación de noviazgo. 
                                    Esta misma encuesta encontró que el 10% de los hombres y 9% de las mujeres sufrieron agresiones por parte de las personas que los cuidaban y 34% y 27% respectivamente los golpeaban de niños.
                                    Los investigadores en su libro además describen que el tipo de agresión más frecuente es la física y es padecida por ambos aunque sólo el 10% de los hombres lo percibe como agresión y el 3% de las mujeres.
                                     Esto ocurre, explica el investigador porque en general ser un hombre violento está englobada en la descripción de un hombre, pero no en la de una mujer por ello es que si una mujer cachetea o patea a su novio este sí lo percibe como agresión aunque en general no le da importancia, mientras que si es la mujer la agredida sólo el 3% se siente violentada y busca terminar con la relación. 
                                    Por su parte, la violencia emocional ha sido experimentada por el 42.7% de los hombres y por 35.8% de las mujeres y de acuerdo con los investigadores esto ocurre por la forma en la que se vive y se piensa sobre la dominación del género.
                                    Y en lo que respecta a la violencia sexual, que puede traducirse en tener relaciones sexuales sin desearlo o que se les imponga no usar condón es sufrida por el 8.3% de las jóvenes de 15 a 19 años y por 7.8 de 20 a 24, mientras que los hombres no revelaron haber sufrido agresiones de este tipo.
                                    FUENTE: UNAM.

                                    Alto porcentaje de mexicanos justifica el maltrato


                                    De siete países de América Latina encuestados el año pasado, México fue donde más personas justificaron que un hombre golpee en algún momento a su esposa
                                     Ciudad de México. De siete países de América Latina encuestados el año pasado, México fue donde más personas justificaron que un hombre golpee en algún momento a su esposa, de acuerdo con el informe “El Progreso de las Mujeres en el Mundo: en busca de la justicia”, de la agencia ONU Mujeres.
                                    El reporte destaca que en 17 de 41 países consultados por la Asociación de la Encuesta Mundial de Valores 2010, al menos 25% cree justificable golpear a la esposa. En México, 23% manifestó esa opinión. Sólo 4% de los argentinos avala ese tipo de acciones; en cambio, en Zambia, golpear a una mujer es aceptado por 68%.
                                    En América Latina, señala el documento, las indígenas han sido grandes luchadoras en pro del reconocimiento de sus sistemas originarios de justicia. Es el caso de México, donde el reporte destaca el logro que fue la creación de instituciones como la Casa de la Mujer Indígena (CAMI), que trabaja con víctimas de violencia doméstica y tribunales locales para defender los derechos de las mujeres.
                                    Sin embargo, el reporte también alude a la situación de inseguridad y violencia que viven las mexicanas, derivado de conflictos armados o del narcotráfico, y destaca el caso de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez y la histórica resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de 2009 sobre el caso “Campo Algodonero”, y que exigió reparaciones al gobierno mexicano.
                                    El reporte también señala que México es uno de los países donde el aborto es legal, si el embarazo pone en peligro el bienestar físico o mental de la madre y existen leyes contra la violencia doméstica, sexual y el acoso.
                                    En cuanto a los derechos políticos de las mujeres, el documento muestra que en el país había 14 legisladoras en 1997; hoy son 25. En participación laboral, la desigualdad de género sigue siendo evidente. Según cifras de 2009, las mujeres son 43% de la fuerza laboral, contra el 81% de los hombres.

                                    No poder decir basta !!!


                                    Una vez iniciadas, ¿por qué resulta tan difícil poner fin a estas relaciones, dejar a esa persona que nos está arrastrando por todos los pasos dolorosos de esa danza destructiva? Hay una regla empírica que dice así: cuanto más difícil es poner fin a una relación que es mala para nosotros, más elementos de nuestra lucha infantil contiene. Cuando amamos demasiado, es porque tratamos de vencer los viejos miedos, enojos, frustraciones y dolores de la niñez, y darse por vencido es renunciar a una valiosísima oportunidad de encontrar alivio y de rectificar lo que hemos hecho mal.
                                    Si bien éstos son los fundamentos psicológicos inconscientes que explican nuestro impulso de estar con él a pesar del dolor, hacen poca justicia a la intensidad de nuestra experiencia consciente.
                                    Sería difícil exagerar la pura carga emocional que este tipo de relación, una vez iniciada, acarrea para la mujer involucrada. Cuando ella intenta separarse de la relación con el hombre a quien ama demasiado, siente como si miles de voltios de energía dolorosa fluyeran a toda velocidad y salieran por los extremos cercenados de los mismos. La antigua sensación de vacío renace y se arremolina a su alrededor, arrastrándola hacia el lugar donde aún pervive su terror infantil a estar sola, y ella está segura de que se ahogará en el dolor.
                                    Esta clase de carga -las chispas, la atracción, el impulso de estar con esa otra persona y de hacer que la relación funcione- no está presente en la misma medida en las relaciones más saludables y satisfactorias, porque no representan todas las posibilidades de saldar viejas cuentas y de prevalecer sobre lo que una vez fue abrumador. Esta emocionante posibilidad de rectificar viejos errores, de recuperar el amor perdido y de ganar una aprobación reprimida es lo que, para las mujeres que aman demasiado, constituye la atracción inconsciente que subyace al hecho de enamorarse.
                                    Es también por eso que, cuando entran en nuestra vida hombres que se interesan por nuestro bienestar, nuestra felicidad y nuestra realización personal, y que presentan la verdadera posibilidad de una relación sana, por lo general no nos interesan. Y no nos equivoquemos; esa clase de hombres sí entran en nuestra vida. Cada una de mis pacientes que ha amado demasiado ha podido recordar por lo menos a uno, y a menudo a varios hombres a quienes describieron como "realmente agradables... tan amables... de verdad se preocupaban por mí..." Entonces, por lo general, viene la sonrisa irónica y la pregunta: "¿Por qué no me quedé con él?" A menudo ella es capaz de responder su propia pregunta enseguida: "Por alguna razón nunca me entusiasmó tanto. Supongo que era demasiado agradable, ¿no?" Una respuesta mejor sería que las acciones de él y nuestras reacciones, sus movimientos y aquellos con que nosotras los correspondimos, no conformaban un dúo perfecto. Si bien estar en compañía de él puede resultarnos agradable, sedante e interesante, nos cuesta considerar esa relación como algo importante y digno de desarrollarse en un nivel más serio.
                                    A los hombres así los dejamos de inmediato o los ignoramos, o, en el mejor de los casos, los relegamos a la categoría de "sólo amigos", porque no despertaron en nosotras los latidos intensos del corazón ni el nudo en el estómago que hemos llegado a llamar amor.
                                    A veces estos hombres permanecen en la categoría de "amigos" durante muchos años; se reúnen con nosotras de vez en cuando para beber algo y secar nuestras lágrimas mientras les relatamos la última traición, ruptura o humillación de nuestra relación actual. Esa clase de hombres compasivos y comprensivos no nos pueden ofrecer el drama, el dolor o la tensión que nos parecen tan estimulantes y correctos. Eso se debe a que, para nosotras, lo que debiera hacemos sentir mal ha llegado a hacemos sentir bien y lo que debiera parecernos bueno ha llegado a parecemos extraño, sospechoso e incómodo. Hemos aprendido, a través de una prolongada y estrecha asociación, a preferir el dolor. Un hombre más sano y cariñoso no puede tener un rol importante en nuestra vida hasta que aprendamos a liberamos de la necesidad de revivir una y otra vez la vieja lucha.
                                    Una mujer con antecedentes más saludables tiene reacciones y, por consiguiente, relaciones, que son muy distintas, porque la lucha y el sufrimiento no le resultan tan familiares, no integran en tanta medida su historia y, por lo tanto, no son cómodos para ella. Si el hecho de estar con un hombre hace que se sienta incómoda, herida, preocupada, decepcionada, enfadada, celosa, o le provoca algún otro tipo de perturbación emocional, ella lo experimentará como desagradable y aversivo, algo que debe evitar en lugar de insistir. Por otro lado, sí insistirá con una relación que le ofrezca cariño, consuelo y compañerismo porque eso la hace sentir bien. Se podría decir, sin temor a equivocarse, que la atracción entre dos personas que tienen la capacidad de crear una relación gratificante sobre la base de un intercambio de respuestas sanas, si bien puede ser fuerte y excitante, nunca es tan apremiante como la atracción entre una mujer que ama demasiado y el hombre con quien puede "bailar".

                                    Tomado de "Las mujeres que aman demasiado" de Norwood Robin.

                                    Si bien se aplica a mujeres porque es en quienes de da en la mayoría de los casos, también es aplicable en hombres, aunque en menor escala.

                                    viernes, 4 de noviembre de 2011

                                    Violencia causa trastornos mentales


                                     Violencia causa trastornos mentales

                                    Crean asociación “Ya basta de Violencia Contra la Mujer” para educar a adolescentes en la prevención
                                    Depresión y ansiedad son los principales trastornos que sufren las mujeres a causa de la violencia ejercida en su contra, la cual se da desde el seno del hogar, en las escuelas e incluso en las relaciones de noviazgo; lo más lamentable es que este deterioro mental implica también
                                    lesiones o desarrollo de enfermedades que pueden ser causa de muerte.

                                    Así se reveló al presentarse la asociación civil “Ya Basta de Violencia Contra la Mujer”, cuya presidenta Sylvia Sánchez Alcántara precisó que la agresión de género se manifiesta en la violencia intrafamiliar,  agresiones físicas o verbales, sexuales, así como en delitos como la explotación laboral y tráfico de mujeres y niñas.

                                    A esto se agregan lesiones musculares o fracturas derivadas de golpes, que las pueden dejar discapacitadas de manera permanente o incluso causarles la muerte. 

                                    Puntualizó que de acuerdo a datos del INEGI, una de cada cinco mexicanas ha sido maltratada física o sexualmente, lo cual representa no sólo un grave problema social, sino también de salud pues estas mujeres al sufrir de depresión o ansiedad desarrollan síntomas como fatiga, falta de concentración y  otros más que les impiden desarrollarse tanto en el plano familiar, escolar y laboral.

                                    Por su parte, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), señala que en el país fallecen a diario 6 féminas a causa de la violencia. 

                                    Con el objetivo de revertir este grave problema de salud pública, enfatizó Sánchez Alcántara, este año iniciará una campaña basada en el obsequio a estudiantes de secundaria y preparatoria del libro “Contra la violencia hacia las mujeres”, donde se establecen los mecanismos de prevención y la forma de revertir la agresión de género.

                                    Uno de los propósitos, destacó, es el de invitar a las jóvenes de preparatoria a ayudar a las adolescentes de secundaria, para una mejor percepción del daño que  representa la violencia contra las mujeres, dentro del hogar, las escuelas, así como en las relaciones de noviazgo, a fin de que sean capaces de defenderse y evitarlo

                                    Violencia, problema aprendido en la niñez

                                    La violencia intrafamiliar se origina desde la infancia, debido a un entorno de tensión y de maltrato que se repite en la etapa adulta.


                                    Ocasionalmente existen trastornos mentales no identificados plenamente en el padre o la madre que pueden derivar en actitudes agresivas, pero en la mayoría de los casos la violencia intrafamiliar obedece a un modelo de conductas aprendidas desde la niñez, precisamente en el seno del hogar, lo cual involucra abuso físico y en ocasiones sexual, así como psicológico, explicó a SUMEDICO el doctor Edgar Díaz Franco (*), investigador y encargado del Programa de Embarazo Adolescente del departamento de Psicología del Instituto Nacional de Perinatología. 

                                    En el aspecto psicológico, la agresión se puede dar de manera verbal, con ofensas, burlas o acciones para ridiculizar en público a la víctima, o bien con castigos de sometimiento o que infundan miedo en el menor, como encerrarlos en lugares pequeños y oscuros. 

                                    "Pero los niños no van a juzgar a los padres, ni siquiera en casos de abuso sexual, porque para ellos su mamá o papá tienen la razón y si los castigan es porque algo hicieron mal. Incluso si no hay muestras de amor, los pequeños piensan que es su culpa". 

                                     El experto apuntó que la violencia en los primeros cinco años de vida marca a cualquier persona, porque los niños no cuentan con mecanismos de defensa para protegerse emocionalmente, por tanto, crece con un aprendizaje de la violencia como una situación "normal". 

                                    Cómo se forja la codependencia 

                                    Cuando un menor crece con violencia, sin atención psicológica alguna, tiene una enorme tendencia a crecer como un adolescente y después un adulto codependiente, es decir, puede convertirse en un agresor o establecer relaciones disfuncionales que le pueden causar mucho daño, donde el varón o la mujer sean objeto constante de agresiones físicas, verbales, económicas o psicológicas. 

                                    El doctor Díaz Franco hizo énfasis en que se trata de un círculo vicioso que se mantiene constante durante generaciones, pues para estas personas abusadas o abusadoras es una condición "normal", en su subconsciente es la forma de buscar la aprobación, el amor de su pareja, de una forma mal entendida. 

                                     "Este tipo de codependencia actualmente causa una gran preocupación en los noviazgos entre adolescentes, pues se ha generalizado el maltrato físico, verbal o emocional, donde ambas partes tienen culpa: La chica que se deja abofetear la primera vez, lo cual se va a repetir de manera recurrente; el joven que permite lo insulten, es por ello que se hace tan necesario, primero que la sociedad tome conciencia de estos abusos y, segundo, que se asuma el compromiso personal de que se requiere ayuda profesional". 

                                    Sobreprotección, la peor violencia 

                                    En este esquema de aprendizaje de la violencia, "puede darse una faceta donde la madre o el padre, al ser conscientes de todas sus carencias, tiendan a sobreproteger a su hijo, en un afán de darles todo lo que ella o él carecieron, sin embargo, esto no ayuda en nada, por el contrario, se da otra forma de agresión que puede ser aún más severa", acotó el doctor Díaz Franco. 

                                    Esto, abundó, "porque se le tiende a dar al niño o niña todo lo que quiere y se le permite hacer lo que le parezca, convirtiéndolo en el mediano y largo plazo en una persona inútil, imposibilitada a valerse por sí misma".

                                    En una situación así, el menor puede convertirse en un agresor, que tiende a maltratar a su pareja, hijos y demás personas cercanas, en el afán de que seguir en el proceso de obtener lo que desea; o bien, es posible que se convierta en víctima de violencia, porque no sabe valerse por sí misma. 

                                    Signos de alerta 

                                     Si bien una persona abusada, sea un menor, mujer u hombre, se sienten mal por el constante temor y pesar en el que viven, lo cierto es que requieren de ayuda. Por eso es que las personas deben de conocer los signos de alerta que pueden revelar cuando un familiar, amistad o persona cercana es víctima de violencia intrafamiliar:

                                    Parece temerosa y ansiosa por satisfacer a su pareja, o en el caso de menores a sus padres
                                    Avala todo lo que su pareja, o padres hacen o dicen.
                                    Recibe constantes llamadas de su casa
                                    Tiene frecuentes heridas, dice que son a causa de "accidentes"
                                    Frecuentemente falta al trabajo, a la escuela, o eventos sociales sin explicación.
                                    Viste con ropa que oculta heridas, moretones, cicatrices, etc.
                                    Se aísla porque tiene restringido ver familiares y/o amigos.
                                    Rara vez sale sin su pareja, o en el caso de los hijos no se les permite ir con sus amigos.
                                    Tiene acceso limitado al dinero, tarjetas de crédito, etcétera
                                    Su autoestima es baja y muestra depresión.


                                    Fuente:http://www.sumedico.com/

                                    sábado, 29 de octubre de 2011

                                    Violencia en el adolescente


                                    Los chicos violentos vienen en todas las formas y todos los tamaños. Sin embargo parecen tener un perfil que se asemeja. Algunas características personales se describen a continuación.
                                    Personalidad:  Este podría ser el perfil del joven violento:
                                    · Mayor prevalencia del sexo masculino.
                                    · Entre 14 y 18 años.
                                    · Agresivo y fuerte impulsividad, descontrol de impulsos. Escasamente reflexivo. Poco control de la ira.
                                    · Ausencia de empatía. Nunca se ponen en el lugar de los demás, existe ausencia de reconocimiento de las propias emociones y evidentemente también de las emociones de los demás.
                                    · Percepción errónea de la intencionalidad de los demás: siempre de conflicto y agresión hacia él. Malinterpretan el lenguaje corporal.
                                    · Autosuficiente, siempre se ha “buscado la vida”, pero utiliza y manipula a su familia para sus fines.
                                    · Capacidad exculpatoria. Sin sentimiento de culpabilidad ("el otro se lo merece").
                                    · Bajo nivel de resistencia a la frustración. A veces acostumbrados a conseguirlo todo aquí y ahora.
                                    · Escasamente reflexivo/a. O hiperactivo.
                                    · Incapacidad para aceptar normas y para negociar.
                                    · Déficit en habilidades sociales y resolución de conflictos. No sabe afrontar un problema sino es mediante la fuerza y la violencia.
                                    · Situación de estrés emocional. 
                                    · Consumo de sustancias. El cóctel explosivo de adolescencia mas drogas: alcohol, cannabis, cocaína, drogas de diseño, etc., genera siempre conductas violentas. El descontrol de impulsos propio de la etapa que atraviesan se incrementa con la acción de estas sustancias sobre los neurotransmisores cerebrales y sobre el funcionamiento cerebral que acrecientan ese descontrol de impulsos que hemos visto
                                    que es casi consustancial en la adolescencia, produciendo irritabilidad y cambios de humor, y agresividad, características que evidentemente están en la base de los comportamientos violentos.

                                    Aunque estamos hablando de un perfil de adolescente violento, no podemos olvidar que existen en muchos de estos jóvenes, trastornos patológicos asociados, la mayoría de las veces no diagnosticados y que tienen mucho que ver con la violencia.

                                    Trastornos asociados al comportamiento violento


                                    Un diagnóstico de TDAH :trastorno de atención e hiperactividad de tipo combinado, que no ha sido tratado suele hallarse en los jóvenes violentos, así como otros trastornos como el trastorno negativista desafiante, o el trastorno disocial, que conllevan evidentemente actos de violencia pero que se engloban dentro de las patologías mentales y no son el objetivo final de esta información.

                                    También es importante reseñar el trastorno depresivo, tras el cual se esconden muchas conductas violentas en los adolescentes. Los equivalentes depresivos en la adolescencia, tiene que ver con los comportamientos de los que estamos hablando, puesto que hablamos también de trastornos del comportamiento, desobediencia total, faltar a clase, fugas, agresividad e irritabilidad, tendencia a adicciones, delincuencia, problemas escolares graves, etc.…


                                    Como se educa un niño en la violencia


                                    Bien dejando aparte patologías, ¿como se forma un joven violento? ¿Cual es el germen de la violencia? Sin lugar a dudas los estilos parentales son decisivos para que la semilla de la violencia vaya germinando, pero existen otras variables, tanto dentro de la escuela como en la sociedad, que son claros factores de riesgo.
                                    ¿Que está pasando en las familias? Si estamos viendo que los jóvenes tienen dificultades para aceptar frustraciones, acatar normas, para frenar sus emociones agresivas…Si esto es así ¿por qué no ponemos límites a nuestros niños?
                                    Los estilos educativos oscilan como tantas otras cosas como un péndulo. Nuestro estilo educativo ha ido desde una disciplina exagerada, restrictiva y represora (la letra con sangre entra) hasta el otro extremo en el que todo está permitido, y donde los padres pasan a ser colegas de sus hijos, En la actualidad la educación que se basa en la autoridad nos horroriza. La palabra “disciplina” y autoridad es equiparada normalmente a las palabras castigo y represión, y la evitamos por miedo a parecer unos padres anticuados, reaccionarios. Suena a coacción y a dominio, a prohibición que no tiene nada que ver con la democracia en la que vivimos. Sin embargo la palabra autoridad se deriva del verbo latino "augere", que quiere decir ayudar a crecer y esta es en realidad la meta de cualquier padre, sin autoridad y sin límites no se puede educar. Los resultados son evidentes en la actualidad.
                                    La educación en la violencia depende de muchos factores y citaremos solo algunos de ellos:

                                    · De la actitud emotiva de los padres: una actitud negativa, carente de afecto hacia sus hijos, incluso de rechazo, de abandono. Padres que nunca han demostrado cariño, que han humillado, que maltratan emocionalmente, privando al niño de lo único que necesita para crecer psicológicamente sano: el amor de sus padres.
                                    · La violencia se aprende también a través de la permisividad de los padres ante la conducta agresiva del niño. Deben aprender dónde se encuentran los límites a su conducta y las consecuencias que obtendrán por su incumplimiento. Son Padres inmaduros con miedo al enfrentamiento e irresponsables: Este es quizás el error más frecuente en la actualidad. Es imposible educar sin intervenir. En ocasiones esta falta de autoridad, esconde también un deseo de no tener conflictos. Sabemos que el niño no aceptará de buen grado nuestra negativa. Resulta más cómodo no luchar contra él y permitirle que haga lo que quiera sin ponerle demasiadas impedimentos, sino que bajo el pretexto de no “ traumatizar” o no frustrar al niño esconden
                                    realmente su falta de autoridad, cuando no es simplemente por comodidad ,inmadurez e irresponsabilidad para la paternidad. Son padres despreocupados, negligentes, o con pocos recursos educativos… padres que por propia comodidad o por temor a ser impopulares ante sus hijos, mantienen actitudes de concesión constante. Ceden ante cualquier petición de los hijos. Para no tener problemas nunca dicen no, y así están callados de momento, les consiente todo, sin poner límites, hasta que se vuelven contra ellos.
                                    Consienten comportamientos violentos o de falta de respeto e instauran de esta forma el germen de la violencia. De esta forma mientras son pequeños aún tienen un cierto control que pierden totalmente en el momento de la adolescencia que es cuando recurren al especialista ante el comportamiento y la conducta del joven tirano.
                                    · La violencia se aprende también por Imitación del modelo violento parental. O bien vivido por el, o bien observado en la familia. El uso del castigo físico y maltrato emocional. siempre generará más agresividad (“la violencia engendra violencia”). A veces la actitud del adolescente no es más que un reflejo de cómo ejercen con él la violencia. El ha sido maltratado igualmente o física, o emocionalmente. Cuando puede defenderse simplemente lo hace. Es evidente que con unos padres autoritarios, que ejercen de una u otra forma la violencia, que toman ellos las decisiones unilateralmente, los hijos serán incapaces de hacer nada porque siempre tendrán miedo, y si la rigidez ha sido mucha, lo más probable es que la crisis de oposición de su hijo sea patológica y se vuelva contra ellos y contra todo. No olvidemos que el temor y el miedo nunca han sido formativos. Debemos enriquecer su personalidad no anularla porque esa frustración solo engendrará rabia y violencia.
                                    · De la vivencia del niño que crece en un contexto familiar desestructurado, con acontecimientos traumáticos, enfermedades, adicción de los padres, abandono de la figura paterna o materna, situaciones de divorcios complicadas, etc. Hace más de 10 años que observamos cambios en las estructuras familiares. Cambios que son paralelos a los cambios sociales y socioculturales, ya que la familia reproduce en su microcontexto los avances o retrocesos del macrocontexto al cual pertenece, n uevos modelos familiares,
                                    monoparentales, o familias con bajo nivel económico y cultural, con poca red social, marginación, inmigración, etc...que a veces no pueden mostrar unos adecuados modelos de identificación para el menor. Evidentemente todos estos son factores de riesgo importantes que se encuentran en todos los estudios de la violencia juvenil.
                                    Por lo tanto y como resumen podremos decir que el germen de la violencia, se instaura en una familia en la que no hay contactos afectivos adecuados, en la que no existen modelos de identificación parentales, o bien en la que pueda existir algún tipo de desajuste, de violencia intrafamiliar a cualquier miembro, en la que existe dejadez de responsabilidad, ausencia de límites, de formación e información…

                                    Fuente: acosomoral.org




                                    La familia es el lugar de mayor riesgo para las mujeres con discapacidad


                                     El 20 por ciento de mujeres con discapacidad afirman que el hogar es el lugar donde se ejerce mayor discriminación, violencia y acoso sexual, de acuerdo al estudio denominado “Estado de Situación de la Mujeres con Discapacidad” de la Defensoría del Pueblo.


                                    “La vergüenza y la sanción social hace que no se denuncie a los autores (de agresión y violación) que a veces son los padres, padrastros, tíos, primos, padrinos u otros familiares, quienes abusan de las mujeres con discapacidad y nadie dice nada”, según Bety Pinto, investigadora del Defensor del Pueblo.


                                    Según datos del estudio, el 23 por ciento de las mujeres encuestadas no responde y un 12 por ciento señala que nadie ejerce violencia contra ellas. El informe resalta la violencia que se ejerce por la familia, el 20.9 por ciento de las encuestadas lo dice; esta causal ocupa el primer lugar. Los principales agresores, según el documento, serían el papá, la mamá, los hermanos, seguidor en importancia por otros familiares, como nietos, sobrinos, tíos, cuñados, madrastra y padrastro. 


                                    De manera diferenciada el estudio menciona la violencia que ejerce la pareja: un 10.6 por ciento admite haber sufrido violencia por parte de su pareja, un 39.9 por ciento señala que no, y un 24.6 por ciento informa no tener pareja.


                                    “La violencia intrafamiliar hacia las personas con discapacidad es altísima, por ejemplo, en la discapacidad visual aumenta la violencia sexual; los embarazos no deseados se incrementan en mujeres con discapacidad auditiva y aún más en las mujeres que tienen discapacidad intelectual”, describió Pinto.


                                    La violencia sexual tiene también una directa relación con el tipo y grado de discapacidad, factor que influye para que la violencia asuma determinadas modalidades e intensidad. La violencia es una práctica asociada a la infravaloración que les asigna un lugar o un “no” lugar social a la persona, por el no reconocimiento de su condición humana y, por tanto, de sus derechos humanos; puede llegar a los límites extremos de la violencia física, psicológica y sexual.


                                    Los datos del estudio son contundentes, en cuanto a la intensidad en que se presenta la violencia sexual contra las mujeres con discapacidad, al encontrarse cultural y socialmente poco valoradas y en el marco de una radical negación de sus derechos elementales. Es un hecho indiscutible la vulnerabilidad y desprotección familiar, institucional, legal y social en las que se encuentran las mujeres con discapacidad.


                                    Las condiciones de vida de las mujeres con discapacidades pobres, indígenas, con bajos grados de instrucción y entornos culturales de dominio indiscutible masculino, las colocan en situaciones de mayor riesgo, concluye el informe. (Con información de PIEB).




                                    Fuente: Periódico Digital Erbol

                                    martes, 25 de octubre de 2011

                                    Más de uno de cada cuatro niños de EE. UU. es testigo de violencia entre sus padres

                                    Más de uno de cada cuatro niños de Estados Unidos se ha visto expuesto a la violencia física entre sus padres en el hogar en algún momento de sus vidas, y uno de cada nueve ha sido expuesto a ese tipo de violencia en el año anterior, señala un estudio reciente.

                                    Esa exposición a la violencia familiar incluye escucharla, que le cuenten sobre ella, ver las consecuencias, o realmente ser testigo de la violencia. El 90 por ciento de los niños expuestos a la violencia fueron testigos directos de al menos un incidente, según los investigadores del Centro de Investigación sobre Crímenes Contra los Niños de la Universidad de Nueva Hampshire.

                                    "No resulta sorprendente que, dada esta alta tasa de exposición personal, los niños tuvieran reacciones fuertes a la exposición. Casi la mitad gritó a sus padres para que se detuvieran, más de dos de cada cinco intentaron alejarse del pleito, y casi uno de cada cuatro pidió ayuda", señaló en un comunicado de prensa de la UNH la autora líder Sherry Hamby, asociada de investigación del centro y profesora asociada de investigación de Sewanee: la Universidad del Sur.

                                    El estudio, que incluyó entrevistas con una muestra nacionalmente representativa de más de 4,500 niños, también halló que los papás y los cuidadores de sexo masculino eran los perpetradores de violencia en la familia alrededor de 69 por ciento de las veces, y las mamás y las cuidadoras eran las perpetradoras el 23 por ciento de las veces.

                                    En el nueve por ciento de los casos, perpetradores de ambos sexos fueron responsables.

                                    "Queremos que la gente reconozca que la exposición de los niños a la violencia familiar no se limita a pleitos entre los padres. También ven a los padres atacar físicamente a sus hermanos y a adolescentes o adultos atacar físicamente a otros familiares", señaló Hamby.

                                    Cuando se toman en cuenta todos estos tipos de violencia familiar, alrededor de 18.8 millones de niños de Estados Unidos se han visto expuestos a algún tipo de violencia familiar en algún momento de sus vidas, según los investigadores.

                                    El estudio fue incluido en un nuevo boletín del Departamento de Justicia de EE. UU. sobre la Encuesta nacional de niños expuestos a la violencia.

                                    "Queremos animar a las personas que entran en contacto con los niños en una variedad de ámbitos, como maestros, pediatras, enfermeras, trabajadores de protección del menor y abogados que trabajan en violencia doméstica, que consideren una evaluación más inclusiva y colaboradora sobre los problemas y necesidades de seguridad de todos los miembros de la familia", apuntó Hamby.



                                    viernes, 14 de octubre de 2011

                                    Burnout

                                    El 'burnout' es una patología laboral que cada vez afecta a más personas. Entre sus síntomas destaca la
                                    falta de motivaciones, la apatía y la sensación de indiferencia


                                    Disminución de la autoestima, irritabilidad, deterioro de las relaciones con los amigos, la familia y los compañeros de trabajo, incremento del absentismo... Estos son algunos de los síntomas del desgaste profesional o lo que ha dado en llamarse 'síndrome del quemado' ('burnout', en inglés). Traducido al lenguaje común, es lo que popularmente se conoce como 'estar quemado', un sentimiento de hastío por parte del trabajador que le lleva a no sentir interés por el trabajo y a tratar a los clientes y a la propia compañía de forma cínica o indiferente. Para ser más técnicos, el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) lo define como «una respuesta al estrés laboral crónico integrada por actitudes y sentimientos negativos hacia las personas con las que se trabaja y hacia el propio rol profesional, así como por la vivencia de encontrarse emocionalmente agotado».


                                    La Agencia Europea para la Salud y la Seguridad en el Trabajo calcula que en torno al 55% de las bajas laborales producidas en la Unión Europea están relacionadas, fundamentalmente, con el estrés laboral, a través del 'síndrome de estar quemado por el trabajo' -denominación preferida por el INSHT-. Su coste económico anual alcanza los 20.000 millones de euros, debido a los gastos en asistencia médica, salarios durante el periodo de baja, indemnizaciones, etcétera.

                                    Características comunes

                                    Aunque los expertos no pueden definir un perfil claro del 'quemado', el sindicato UGT, en su guía especial sobre este síndrome, define algunas características comunes del ambiente en el que proliferan: ámbitos en los que hay «gente que trata con gente», que requieren un alto compromiso laboral pero que frustran las expectativas profesionales y que someten a fuertes presiones, de aislamiento y menosprecio, a sus empleados, provocando su total desmotivación.
                                    Estas características se dan muy a menudo en las profesiones sanitarias o docentes, de ahí que, en muchas ocasiones, se haya hablado de 'síndrome asistencial'. Según un estudio realizado por UGT y financiado por el Ministerio de Trabajo, la sensación de estar emocionalmente agotado -un síntoma que resume el 'síndrome del quemado'- amenaza hasta al 20% de los profesores de secundaria.
                                    En cuanto a los profesionales de la medicina, según las investigadoras de la Universidad de Almería Cristina Ortega Ruiz y Francisca López Ríos, «el personal sanitario se enfrenta frecuentemente a situaciones de vida y muerte».

                                    Su trabajo puede ser física y emocionalmente agotador. El estrés que se deriva de este contexto implica el desarrollo de problemas de conducta como 'burnout' y otros de salud y psicológicos, como ansiedad o depresión.

                                    Sobre todo al principio

                                    UGT considera que el síndrome del 'quemado' se da, sobre todo, en los primeros años de la carrera profesional, «cuando aprendes que tanto las recompensas personales, como las profesionales y económicas, no son ni las prometidas ni las esperadas». Sin embargo, señala que, según varios estudios realizados, el grupo de edad con mayor cansancio emocional fue el de los mayores de 44 años, a quienes también se asocia la falta de realización personal.

                                    En cuanto al sexo, aunque los datos de los diferentes estudios no son concluyentes, la mayor incidencia del estrés laboral se da en las mujeres, «en particular por la doble carga de trabajo que conlleva la práctica profesional y la tarea familiar, podría hacer pensar en que también respecto del síndrome tiene una mayor presencia», señala la guía de UGT.

                                    Fuente

                                    Elnortedecastilla.es
                                    Autor
                                    Rubén Marquez

                                    Violencia en las escuelas


                                    La docencia se convirtió en una de las profesiones que mayor estrés genera. Según datos aportados por la Unión de Docentes Argentinos (UDA), tres de cada cinco docentes tenían pedido de licencia por problemas psicológicos, de estrés o deterioro físico a raíz de la violencia escolar entre mayo y junio pasados.


                                    Ataques de pánico, pesadillas frecuentes y cuadros de ansiedad antes de ingresar en el aula son sólo algunas de las manifestaciones que dicen padecer los docentes.

                                    El dato, además, se refuerza con la afirmación de que el 70% de los maestros y profesores dijo estar preocupado por los hechos de violencia física y verbal en las aulas. Casi la mitad afirmó sentirse desprotegido frente a estos actos y el 36% reveló que temió por su integridad física.

                                    Pero no sólo preocupa la agresión hacia ellos sino, además, entre los propios compañeros, que también está en aumento, según datos aportados por el Observatorio de la Convivencia Escolar.

                                    Esta investigación, realizada a principios de este año entre 6000 alumnos de entre 10 y 18 años de siete provincias, revela que más de la mitad de los chicos tuvo actitudes violentas con algún compañero. Además, más del 60% fue testigo de una agresión física de un alumno a otro; el 50% presenció una amenaza verbal y el 45% observó algún tipo de robo de útiles, dinero o ropa por parte de un compañero.

                                    En cuanto a una posible solución para frenar esta ola de violencia, 8 de cada 10 docentes cree que una nueva legislación nacional podría prevenir estos casos.

                                    Cabe destacar que la violencia escolar no es un problema sólo de la Argentina. Un estudio de la Unesco realizado en 2005 ya daba cuenta de que este es un fenómeno generalizado que crece a nivel regional. En ese momento la Argentina era uno de los países con porcentaje más alto de violencia verbal y física..

                                    viernes, 30 de septiembre de 2011

                                    El Maltrato Infantil: Los Golpes Ocultos

                                    Las estadísticas acerca del maltrato físico de los niños son alarmantes. Se estima que cada año cientos de miles de niños reciben abuso y maltrato a manos de sus padres o parientes. Miles mueren. Los que sobreviven el abuso, viven marcados por el trauma emocional que perdura mucho después de que los moretones físicos hayan desaparecido. Las comunidades y las cortes de justicia reconocen que estas “heridas emocionales ocultas” pueden ser tratadas. El reconocer y dar tratamiento a tiempo es importante para minimizar los efectos a largo plazo causados por el abuso o maltrato físico. Cuando un niño/niña dice que ha sido abusado, hay que tomarlo en serio y evaluarlo de inmediato.


                                    Los niños que han sido abusados pueden exhibir:

                                    •una pobre auto-imagen pobre

                                    •reactuación del acto sexual

                                    •incapacidad para confiar o amar a otros

                                    •conducta agresiva, problemas de disciplina y a veces, comportamiento ilegal

                                    •coraje y rabia

                                    •comportamiento auto-destructivo o auto-abusivo, pensamientos suicidas

                                    •pasividad, comportamiento retraído o apegamiento

                                    •miedo de establecer relaciones nuevas o de comenzar actividades nuevas

                                    •ansiedad y miedos

                                    •problemas en la escuela o fracaso escolar

                                    •sentimientos de tristeza u otros síntomas de depresión

                                    •visiones de experiencias ya vividas y pesadillas

                                    •abuso de drogas o de alcohol

                                    •problemas al dormir

                                    A menudo el daño emocional severo a los niños maltratados no se refleja hasta la adolescencia, o aún más tarde, cuando muchos de estos niños maltratados se convierten en padres abusivos. Un adulto que fue abusado de niño tiene mucha dificultad para establecer relaciones personales íntimas. Estos hombres y mujeres pueden tener problemas con el acercamientos físico, el tocar, la intimidad y el confiar en otros al llegar a adultos. Están expuestos a un riesgo mayor de ansiedad, depresión, abuso de substancias, enfermedades médicas y problemas en la escuela o en el trabajo. Sin el tratamiento adecuado el daño hecho al niño abusado físicamente puede perdurar de por vida.

                                    La identificación y el tratamiento a tiempo son importantes para minimizar las consecuencias del abuso a largo plazo. Los profesionales de la salud mental capacitados deben de llevar a cabo una evaluación comprensiva y proveer el tratamiento para los niños que han sido abusados. Mediante el tratamiento, el niño maltratado comienza a recuperar su sentido de confianza en sí mismo y en otros. Pueden ayudar a la familia a aprender nuevas formas de darse apoyo y de comunicarse los unos con los otros. Los padres pueden también beneficiarse del apoyo, entrenamiento y manejo del coraje.

                                    El abuso físico no es el único tipo de maltrato infantil. Muchos niños son víctimas de abandono, de abuso sexual o de abuso emocional. En todos los tipos de abuso infantil, el niño y la familia pueden beneficiarse de una evaluación y tratamiento de un profesional de la salud mental capacitado.

                                    Comprendiendo el Comportamiento Violento de Ninos y Adolescentes

                                    Hay gran preocupación por la incidencia del comportamiento violento entre niños y adolescentes. Este complejo y perturbador asunto necesita ser cuidadosamente entendido por padres, maestros y otros adultos.


                                    Los niños pueden demostrar comportamiento violento aún desde la edad pre-escolar. Los padres y otros adultos que presencian este comportamiento pueden preocuparse por el niño, pero por lo general, "esperan que lo supere al crecer". Hay que tomar muy en serio el comportamiento violento de un niño, no importa su edad. No debe descartarse diciendo que "está pasando por una fase".

                                    La gama del comportamiento violento:

                                    El comportamiento violento en niños y adolescentes puede incluir una amplia gama de comportamiento: explosivos arrebatos de ira, agresión física, peleas, amenazas o intentos de herir a otros (inclusive pensamientos homicidas), uso de armas de fuego, crueldad hacia los animales, encender fuegos, destrucción intencional de la propiedad y el vandalismo.


                                    Factores que aumentan el riesgo de la violencia

                                    Muchas investigaciones han llegado a la conclusión de que hay una interacción compleja o una combinación de factores que lleva a un aumento en el riesgo de un comportamiento violento en niños y adolescentes. Estos factores incluyen:

                                    •Comportamiento agresivo o violencia previa;

                                    •Ser la víctima de un abuso físico y/o sexual;

                                    •Exposición a la violencia en el hogar y/o la comunidad;

                                    •Factores genéticos (hereditarios de la familia);

                                    •Exposición a la violencia en los medios de difusión (televisión, radio, etc.);

                                    •Uso de drogas y/o alcohol;

                                    •Presencia de armas de fuego en la casa;

                                    •Combinación de factores de estrés socioeconómico en la familia (pobreza, carencia de medios, privación severa);

                                    •Separación matrimonial, divorcio, padre/madre soltero, desempleo, y falta de apoyo por parte de la familia)

                                    •Daño cerebral debido a heridas en la cabeza.

                                    ¿Cuáles son las "señales de alerta" de la violencia infantil? Los factores de riesgo en los niños que presentan lo siguiente en su comportamiento y los cuales deben de ser cuidadosamente evaluados:

                                    •Ira intensa,

                                    •Ataques de furia o pataletas,

                                    •Irritabilidad extrema,

                                    •Impulsividad extrema,

                                    •Frustrarse con facilidad.

                                    Los padres y los maestros deben de tener cuidado de no minimizar este comportamiento en los niños.

                                    ¿Qué se debe de hacer si el niño demuestra comportamiento violento?

                                    Cuando el padre u otro adulto está preocupado, debe de inmediatamente hacer arreglos para que se le haga al niño una evaluación completa y comprensiva por un profesional de la salud mental cualificado. El tratamiento oportuno por un profesional puede muchas veces ayudar. Los objetivos del tratamiento típicamente se enfocan en: ayudar al niño a aprender cómo controlar su ira, a expresar su frustración y su ira de manera apropiada, asumir responsabilidad por sus acciones y aceptar las consecuencias. Además, los conflictos familiares, los problemas escolares, y asuntos comunitarios se deben tratar.

                                    ¿Se puede prevenir el comportamiento violento infantil?

                                    Los estudios de investigación demuestran que la mayor parte del comportamiento violento se puede reducir o impedir si se reducen o eliminan los factores de riesgo enumerados arriba. Lo que es más importante, los esfuerzos se deben dirigir a reducir dramáticamente la exposición del niño o adolescente a la violencia en el hogar, la comunidad y los medios de difusión. Es evidente que la violencia fomenta la violencia.

                                    En adición, se pueden usar las siguientes estrategias para reducir o prevenir el comportamiento violento:

                                    •Prevención del abuso infantil (a través de programas sobre la crianza de los niños, apoyo a la familia, etc.).

                                    •Educación sexual y programas para enseñar a los adolescentes cómo criar los niños.

                                    •Programas de intervención temprana para niños y jóvenes violentos.

                                    •Supervisión de la violencia que ven los niños en los programas de televisión, los videos y las películas.

                                     Fuente: http://www.aacap.org/

                                    Violaciones de niñas en Nicaragua: no más impunidad

                                    La violación y el abuso sexual son delitos generalizados en Nicaragua, y la mayoría de las víctimas son jóvenes. El análisis policial de las denuncias de violación presentadas entre 1998 y 2008 dejó constancia de 14.377 casos. Más de dos tercios, 9.695 casos, eran de niñas menores de 17 años. Amnistía Internacional publica el informe ‘Escucha sus voces y actúa’ con el fin de visibilizar el problema y acabar con la impunidad de los agresores.


                                    “Mi papá…mi papá de sangre fue el que me abusó. Yo fui violada desde los nueve años hasta los catorce... A veces me golpeaba tanto que al día siguiente no podía ir a clase”. Connie, 17 años, Managua. Así, a través de los testimonios más directos, Amnistía elabora este informe que busca “poner de manifiesto esta crisis de derechos humanos, esta situación de indefensión”, explica Nieves Gascón, portavoz para Nicaragua.

                                    La principal denuncia de la organización es la estigmatización de las víctimas que en muchos casos son culpadas. Los agresores más comunes son miembros del entorno familiar y comunitario lo que empeora la situación. El informe pone de manifiesto que las niñas en Nicaragua se enfrentan a enormes obstáculos para denunciar la violencia sexual y, por ello, la gran mayoría sigue sufriendo en silencio.

                                    Muchas son amenazadas e intimidadas por sus agresores, y no ven la posibilidad de denunciar el delito y ponerse a salvo. La mayoría carecen de acceso a información sobre los delitos sexuales o sobre cómo buscar ayuda. Las actitudes sociales negativas hacia las supervivientes de violación y las adolescentes, y el hecho de que el sexo siga siendo tabú en Nicaragua, también hacen que muchas de ellas no se atrevan a denunciar los abusos sexuales. La violación, especialmente la de niñas, frecuentemente no sale a la luz hasta que se produce un embarazo.

                                    En estos casos el problema se hace aún mayor ya que, desde 2006, en Nicaragua se han prohibido todos los abortos, incluso para las mujeres y niñas que han sido violadas o cuya vida corre peligro. “Lo grave es que las víctimas no son atendidas”, denuncia Gascón. Añade que “falta prevención y reparación, justicia, atención médica, psicosocial, derecho al aborto”. ¿Qué hace el gobierno nicaragüense? Amnistía lo tiene claro: “oídos sordos”, asegura Gascón.

                                    La organización pide la creación de un plan nacional integrado para prevenir la violencia sexual y para proteger y respaldar a las supervivientes. Según Amnistía, la magnitud del problema exige una respuesta decisiva, integrada y coordinada de las autoridades. “Durante demasiado tiempo, las voces y el sufrimiento de las supervivientes de violación y violencia sexual han sido sofocados por quienes ocupan el poder, quienes deciden el destino de estas supervivientes sin tener en cuenta sus esperanzas y miedos”, sentencia el informe ‘Escucha sus voces y actúa’.


                                    Fuente: http://www.amecopress.net/

                                    El proyecto “Los Buenos Tratos” obtiene el V Premio Dionisos de la UNESCO

                                    Esta iniciativa utiliza el teatro como herramienta para luchar contra la violencia de género.

                                    En el marco del V Premio Dionisos, que premia proyectos teatrales con repercusión social, la UNESCO Comunidad de Madrid ha galardonado al proyecto “Los Buenos Tratos”, que utiliza la fórmula de los talleres de teatro en numerosos institutos de Málaga, para sensibilizar y concienciar a los y las adolescentes sobre el problema de la violencia de género.


                                    “Los Buenos Tratos” surgió en el año 2007 con el objetivo de erradicar los malos tratos, ha ido articulándose en torno a una campaña escolar, que en este pasado curso académico cumplió su cuarta edición.

                                    La campaña “Los Buenos Tratos” es una actuación directa a favor de los Derechos Humanos, contra la violencia en general y específicamente contra la violencia de género. Su intención es que los y las adolescentes conozcan esa lacra social, hablen, discutan y propongan medidas, acciones y comportamientos contra ella.

                                    En este sentido, el proyecto se vale del debate, la comunicación, el teatro, la improvisación y la interpretación como un instrumento poderoso para entender el problema, comprender sus causas y evitar sus consecuencias.

                                    Origen

                                    Esta experiencia es única en España, ya que es la primera vez que de una forma reglada y durante todo un curso, alumnos y alumnas de centros de enseñanza de Málaga, en sus talleres teatrales, toman conocimiento directo sobre lo que significa la violencia de género.

                                    Esta iniciativa es una apuesta personal del director de la revista El Observador de Málaga, Fernando Rivas, que debido a una vivencia personal relacionada con los y las adolescentes y el maltrato se planteó la necesidad de trabajar sobre estos temas, para erradicarlos desde la raíz por medio de la educación y en el colectivo de los y las adolescentes.

                                    Tras concebir la campaña y desarrollar el proyecto, con la colaboración de la revista El Observador, consiguió implicar en él a diversas instituciones y entidades, que de forma directa o simbólica fueron participando en el proyecto año tras año.

                                    Colaboradores

                                    El Colegio de Abogados de Málaga fue el primero y el más firme apoyo del proyecto, la Delegación de Empleo de la Junta de Andalucía, el Área de Igualdad de Oportunidades de la Mujer del Ayuntamiento de Málaga, la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, el Área de Igualdad y Participación Ciudadana de la Diputación Provincial de Málaga, el Área de la Mujer de CC.OO., el Instituto Andaluz de la Mujer, la Fundación Novasoft y la Obra Social de Unicaja han colaborado en estos años con la campaña, que ha contado desde el principio con el apoyo y el patrocinio de Ámbito Cultural de El Corte Inglés y de la revista El Observador. Desde la tercera edición, quien empezó a dirigir y coordinar la campaña fue la Asociación AL SUR.

                                    El V Premio Dionisos fue entregado el pasado 22 de septiembre, a las 19:00 horas, en el Ilustre Colegio de Abogados de Málaga, una de las primeras entidades que apoyó este proyecto.



                                    Fuente: http://www.amecopress.net/