sábado, 8 de diciembre de 2018

Pensé que por haber salido del círculo de la violencia ya era libre..


Y yo pensé que por haber salido del círculo de la violencia ya era libre...
Hay una gran distancia entre la libertad física y la libertad psico-emocional y espiritual, por qué no también...
Del tiempo que te haya llevado salir del ciclo de violencia va a depender el tiempo de recuperación que necesites para ser verdaderamente libre, para alcanzar la sanidad del alma.
Erróneamente,  las mujeres que sufrimos de algún tipo de violencia,  cuando logramos salir del círculo, pensamos que al fin somos libres, pero es justamente en ese momento donde comienza una etapa aún tan dura como la anterior y te voy a explicar por qué, esperando que lo que voy a decirte te ayude a transitar esta etapa de una manera que luego no tengas que arrepentirte.
El tiempo vivido en el ambiente hostil eliminó casi por completo tu auto-estima, y aunque me digas que no, que no es para tanto, yo te digo que si te estimaras un poquitito nada más no hubieras permitido todo lo que permitiste; te parezco dura en mis palabras? lo siento, discúlpame pero es por tu bien, necesitas darte cuenta de donde estás parada en este punto. 
Ahora que ya estamos de acuerdo  en esto te cuento un poco lo que viene: el primer tiempo es casi un período de euforia ¡¡¡SOY LIBRE!!!!! y aunque el sujeto te siga, te moleste, viole su restricción y tengas que lidiar con todo lo que eso conlleva, tu experimentas en tu interior una libertad indescriptible. Recuerdo cuando al principio compartía con alguien que me había podido separar de ese hombre y la gente me decía, casi a modo de pésame: "oh lo siento, no sabía" y yo casi de inmediato respondía --"lo siento? oh no... es para festejar, no para sentir pena!!". De a poco el hombre cesa en sus intentos por molestarte y al fin ya te sientes libre por completo para "vivir tu vida".
Una mujer separada es como fruta sobre la mesa, enseguida empiezan a rondar las moscas, y sabes qué? tus necesidades afectivas se empiezan a hacer notorias, quizá ya pasó un año, dos o menos... y te sientes sola, las cosas no son nada fáciles, y te permites ciertas "licencias", aparece un amigo, cada vez más íntimo y de repente, otra vez enredada en una relación y seguramente conflictiva... otra vez lo mismo!!!??? "Este por lo menos no me pega, pero tiene un carácter de perros"...  Malas desiciones por aquí, malas desiciones por allá, te aferras a personas, a relaciones... y todavía no hablamos de los niños.
Los chicos que van de un lado a otro porque toca trabajar y alguien los tiene que cuidar, cuando están en casa con mamá también viene un hombre... y no funcionó, al tiempo viene otro hombre, esperemos que funcione, pero sabes qué? no va a funcionar hasta que estés sana. Y mientras tanto tus propios hijos te cuestionan tu conducta, o no, pero los marca y les deja heridas que luego deberán superar.
La suma de malas desiciones tomadas en este tiempo de "libertad" te sigue lastimando a ti y a tus hijos.
Pero, te preguntarás, qué hacer para sanar?? Lo fundamental es detenerte y no lanzarte a vivir la vida que no pudiste vivir hasta ahora, porque emocionalmente eres la misma y por consiguiente tus errores van a seguir siendo los mismos. Debes recuperar tu auto-estima, busca ayuda profesional, haz terapia, asiste a una iglesia, busca consejería espiritual y comienza un plan de sanidad del alma, Jesucristo subió a la cruz para darte sanidad, libertad, dice Juan 8:36 "Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres". 
Te puedo asegurar que si sigues tu camino sin antes sanar llegará un punto en que habrá tanto acumulado dentro, que ni tu sabrás que hay allí. Te conviertes en una persona amargada y frustrada, triste;  pero si encuentras tu verdadera identidad como hija de Dios y Él restaura tu alma, no solo podrás lograr re-hacer tu vida de manera exitosa, sino que todo lo que viviste se convierte en herramienta para ayudar a otras que lo están atravesando. En este punto vas a entender que todo tiene un propósito, aún los malos tiempos, las tormentas de la vida, nos preparan, nos forman para cumplir una misión, porque nadie puede guiar a otro por un camino que aún no conoce. Una vez le dije a una amiga: "perdí veinte años de mi vida" y ella me respondió, y jamás voy a olvidar esa respuesta porque marcó mi vida, ella dijo: "no es tiempo perdido, es tiempo aprendido".
Hace diez años salí del ciclo de violencia, luego de 20 años de malos tratos y  yo no sané antes de comenzar a vivir de nuevo mi vida, la viví así, enferma como estaba y recién en este tiempo logré perdonarme a mi misma los errores cometidos en mi debilidad emocional, las malas desiciones, que todavía hoy mi hijo no logra perdonar y que causaron consecuencias con las que aún tengo que lidiar.
Hoy te escribo para que te detengas y te ocupes de sanar antes de seguir.
Hoy te escribo para decirte que si te libraste de la violencia, es un paso maravilloso, pero aún no eres libre. Serás libre cuando el recuerdo no duela, serás libre cuando no haya rencores, serás libre cuando te sientas bien sola y disfrutes tu soledad, serás libre cuando te tomes de la mano de Cristo y dejes que Él te lleve por Sus caminos. Serás libre cuando no necesites de nadie para ser feliz, justo en ese momento llegará alguien que no te necesita para ser feliz, sino que te elige para compartir su felicidad y su paz contigo.
Hoy te escribo para ayudarte a que no te pase lo que a mi, al fin y al cabo, me tocó pasarlo para que hoy pueda decirte, "ahora detente, sana", porque te esperan días buenos en que serán retribuídas cada una de las lágrimas que derramaste, vienen tiempos en que una nueva risa será puesta en tu boca, y danzarás de alegría, pero ahora, ahora detente y trabaja por esa recompensa.