miércoles, 6 de abril de 2011

SAP - Síndrome de Alienación Parental


La alienación parental es un proceso que consiste en programar un hijo para que odie a uno de sus padres sin que tenga justificación. Cuando el síndrome es presente, el hijo da su propia contribución en la campaña de denigración del padre alienado.
Numerosos especialistas describen al Síndrome de Alienación Parental (SAP) como una alteración que ocurre en algunas rupturas conyugales de alta conflictividad. En ella, los hijos muestran en sus conductas la censura, crítica y rechazo a uno de sus progenitores, descalificación que es injustificada o exagerada, no estando presente con anterioridad a la separación de la pareja; a medida que avanza en el tiempo y en su ejecución, suma partícipes a la misma, formando un “Clan Alienador” (Hijos, Familiares, Amistades, Profesionales), en donde al tiempo es difícil identificar quien es el “líder alienador”, o bien, si el liderazgo de la Alienación paso a otro, y si es una actitud voluntaria o accidental desde lo individual o grupal. Ese “Clan Alienador” asume una concepción exaltada de la historia, en donde indefectiblemente debe existir un “Enemigo peligroso“ a eliminar, asumiendo la protección de las supuestas victimas, quedando justificada la violencia psíquica y física necesaria ejercida para dicha protección. Se entiende la intervención del entorno, porque van en auxilio.
El desconocimiento o la interpretación errónea de adjudicar la responsabilidad del rechazo de los hijos al progenitor negado, desencadena una serie de situaciones controvertidas que realimenta el enfrentamiento entre los progenitores y convierte a la instancia judicial en parte del mismo conflicto.
Una vez activada la bomba de la conducta alienadora, persiste en actividad, y el “Alienador” busca contra quien volcar sus desbordes, es habitual la perdida del “Clan”, ante los riesgos jurídicos a los que se ven expuestos, cuando los hijos logran liberarse de esas presiones. Si el alienador no encuentra su nuevo objetivo, a falta de referente cierto , comenzara la acción destructiva contra si mismo /a. Es observable para el entorno que la persona alienadora va alterando su conducta, cada vez se muestra mas confrontativa, reduciéndose el vinculo de amistades y familia aliada.
Cuando ese entorno vislumbra que algo no cierra en esa “historia oficial”, repetida desde lo emocional, careciente de fundamentos, se aparta por preservación.

Luego de años de Alienación Parental, los hijos comienzan el proceso opuesto, suelen reconocer al verdadero victimario y producir un rechazo hacia esa persona. Es en la adolescencia en donde se produce las mayores decisiones de auto-exclusión de los hijos.
Los hijos al comenzar el despertar a la realidad y la conducta del alienador, de acuerdo a lo aprendido tienden a “Demonizar” a quien fue su Alienador y a tener exageradas expectativas hacia quien fue alejado.
Es de suma importancia para la victima de la Alienación Parental , preparar el hogar, la familia receptora y contenedora, para cuando los hijos tengan la necesidad de auto-excluirse del “Ambiente Alienador”, que no es solo recibirlo, es estar preparado para el ejercicio de una gran responsabilidad, reciben a un hijo con múltiples problemas, incluido el haber sido participe de hechos desleales en su contra. El Progenitor victima de Alienación Parental debe trabajar en si mismo, en su presente y futuro, aún en la ausencia y rechazo de los hijos, en ocasiones puede contar con muy poco tiempo para brindar ayuda a los Hijos, cuando ellos lo requieran y si ellos se defraudan, si no es lo que buscaban, si encuentran lo mismo que desde donde se auto-excluyen, van a ir a cualquier lado, con cualquier persona, a repetir su historia alienadora, como victimario o victima. Los niños, no así el padre alejado, están totalmente indefensos para ayudarse a sí mismos. Sólo les queda esperar que los adultos resuelvan el problema para liberarlos de esta pesadilla. Si la intervención no se produce, el niño queda abandonado y crecerá con pensamientos disfuncionales.
Para el Alienador Parental, es indispensable mantener en el tiempo su actitud alienadora, la hipótesis de conflicto permanente, el riesgo en el vinculo con el otro, la negación hacia el supuesto enemigo del “Clan”.
El equilibrio perdido en esa familia, no es de fácil recuperación y los hijos deben encontrar en el Progenitor victima de la Alienación a una persona confiable , con una conducta que merezca respeto. Si no lo encuentran pierden la posibilidad de comenzar a establecer vínculos sanos para su vida adulta.

Se distingue tres grados de SAP: leve, moderado y agudo, aconsejando diversas formas de acción para cada uno de ellos y destacando la importancia de distinguir en qué caso se está actuando. Actualmente existe mucha información sobre este fenómeno, lo cual ha creado legislación sobre la materia en diversos países, siendo incluido en los Códigos Civiles de diversos estados de EE.UU. y México. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo lo recoge igualmente en diversas sentencias sobre temas de familia.

El síndrome de alienación parental está considerado como una forma de maltrato infantil. Existen antecedentes en los que la Justicia ha actuado penalmente contra dicho maltrato, que generalmente es causado por madres separadas movidas por el despecho o venganza hacia el otro progenitor.

Signos de alerta

Según especialistas en la materia, algunos indicadores típicos que permitirían detectar síntomas de aplicación del Síndrome de Alienación Parental son los siguientes:

  • Impedimento por parte de uno de los progenitores a que el otro progenitor ejerza el derecho de convivencia con sus hijos.
  • Desvalorizar e insultar al otro progenitor en presencia del hijo, aludiendo cuestiones de pareja que no tienen nada que ver con el vínculo parental.
  • Implicar al propio entorno familiar y a los amigos en los ataques al excónyuge.
  • Subestimar o ridiculizar los sentimientos de los niños hacia el otro progenitor.
  • Incentivar o premiar la conducta despectiva y de rechazo hacia el otro progenitor (basta con que los niños vean que esa actitud hace feliz a la madre, para ofrecer su dolor y así reconfortar al adulto alienador).
  • Influir en los niños con mentiras sobre el otro llegando a asustarlos.
  • En los niños se puede detectar cuando éstos no pueden dar razones o dan explicaciones absurdas e incoherentes para justificar el rechazo; y también si utilizan frases o palabras impropias de su edad o llegando incluso a recordar y mencionar situaciones que no han sucedido.
Los padres que, literalmente, han perdido a sus hijos en los casos más severos del síndrome, sienten como si sus hijos hubieran muerto. El padre llora y se resiente por la pérdida de sus seres queridos. Si los tribunales de justicia no intervienen, los padres alienados no tienen ninguna oportunidad, pero siguen amando y recordando, desde la distancia, a sus hijos. El padre alienado compara su pesar al producido por la muerte de un hijo. La única esperanza para estos padres es que algún día, alguien, se acerque a sus hijos y les explique lo patológico de lo sucedido y que los niños, voluntariamente, comiencen a reconstruir una relación con su padre perdido.

Lavado de cerebro, programación mental, manipulación, cualquiera de éstos términos con el cual se llamase a este proceso, es destructivo para el niño y para el padre alienado. Ninguno de los dos podrá ser capaz de llevar una vida normal y saludable a menos que el maltrato sea interrumpido.


En Buenos Aires, la Asociación de Padres Alejados de sus Hijos (http://www.apadeshi.org.ar/) trabaja desde hace 21 años en los derechos de padres, madres y otro tipo de familiares que sufren las consecuencias del impedimento de contacto con sus familiares. La agrupación propicia en la Argentina la creación del Registro de Obstructores de Lazos Familiares que fue aceptada con éxito en la provincia de Neuquén y Río Negro.



Fuente:http://www.apadeshi.org.ar/

http://www.edusalud.galeon.com/productos1736066.html

http://sindromedealienacionparental.apadeshi.org.ar/

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