sábado, 25 de octubre de 2008

¿Qué es Violencia?


La violencia es cualquier situación que por acción u omisión ponga en riesgo físico, psíquico o sexual. Esto implica hablar de todas las formas de abuso que vulneran los derechos humanos, la vida, la integridad psico-física, la libertad, el normal desarrollo de la personalidad y del mundo de relaciones y todo ello supone, por lo tanto, un obstáculo para el desarrollo de una sociedad democrática.

La violencia doméstica comprende todos aquellos actos violentos, desde el empleo de la fuerza física hasta el matonaje, acoso o la intimidación, que se producen en el seno de un hogar y que perpetra al menos un miembro de la familia contra otro u otros. Habitualmente, este tipo de violencia no se produce de forma aislada, sino que sigue un patrón constante en el tiempo.

Puede ser ejercida por una persona hacia su cónyuge o hijos, por un hijo/ -a hacia sus progenitores (asociado con frecuencia a la drogadicción, o padres ancianos); en parejas homosexuales (entre dos hombres o entre dos mujeres), etc.

No siempre se ejerce por el más fuerte física o económicamente dentro de la familia, siendo con frecuencia razones puramente psicológicas (véase síndrome de Estocolmo) las que impiden a la víctima defenderse.

Lo que todas las formas de violencia familiar tienen en común es que constituyen un abuso de poder. Pero dada la complejidad y variedad del fenómeno, es muy difícil conocer sus dimensiones globales, tiene lugar, en el ámbito familiar, no solo entre las cuatro paredes de una casa. Normalmente se considera que se da entre adultos de una edad similar o de descendientes a ascendientes. La violencia hacia los niños suele denominarse abuso de menores.

Hay autores que señalan que la violencia intrafamiliar se da básicamente por:

· la falta de control de impulsos, la carencia afectiva y

· la incapacidad para resolver problemas adecuadamente; y además en algunas personas podrían aparecer variables de

· abuso de alcohol y drogas.

· No comprender el concepto de ley


Todo el que ha estudiado siquiera un poco al ser humano, le va a decir que los cinco primeros años de la vida dejan una marca imborrable para toda la vida, para bien o para mal. Por eso, el privar a un niño de amor es como privar de fertilizante a un árbol que empieza a crecer, pero el golpearlo es como echarle veneno, lo va a terminar de matar psicológicamente y emocionalmente, o mejor va a crecer herido de muerte. Pero hay golpes y golpes, algunos golpes sacan sangre o dejan morados, incluso un mal golpe puede producir la muerte, pero hay otros mas sutiles que no se ven, pero que se graban a fuego lento no sólo en mente sino en la identidad de ese niño o de esa niña. Se graban en su “yo”, y los frutos de estos golpes emocionales se van a ver después en sus relaciones con personas significativas y en su relación con el mundo.
A menudo la raíz de la violencia doméstica tanto para las víctimas como para sus victimarios, es el vacío afectivo. O sea, la falta de amor y atención en su niñez.
En los hogares disfuncionales en los cuales un cónyuge maltrata al otro, es común el maltrato a los niños. Constituye violencia no sólo el darles fuertes golpes, sino también gritarles, menospreciarlos, castigarlos excesivamente o negarles la atención, la aceptación y el amor que son tan imprescindibles para su desarrollo emocional y social. También es un acto de violencia en el caso de los padres divorciados, el hablar mal del ex-cónyuge delante de los hijos o utilizarlos para hacerle daño al otro.
Lamentablemente, cuando una mujer está siendo víctima de cualquier tipo de violencia por parte de su esposo o “compañero”, está tan enfrascada en defenderse que a menudo no puede darse cuenta del daño que también están sufriendo sus hijos. A veces permite hasta los maltratos físicos o verbales a éstos por parte del padre o padrastro, porque se siente incapaz de detenerlos ni siquiera en lo que respecta a sí misma.
Nosotros los adultos sabemos como duele el silencio, tal vez más que las palabras ofensivas. Ese silencio es el peor de los castigos, ahora imagínese a un niño que no ha hecho nada y no se le habla, y no se le abraza y acaricia, cómo se va conformando su identidad…pensemos en eso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario