jueves, 24 de febrero de 2011

CAMINO HACIA LA ADOLESCENCIA....

Por Antonio A. Mendoza.

El transito hacia este estado temporal y crítico, requiere a su vez, una actitud asertiva, por parte de los padres.
Hay que explicarles, escucharles, saber que opinan, preguntarle y dedicarle tiempo, todo esto combinado con afecto.
De esta manera el niño admitirá la explicación, y estará mas disponible, para comprender que es lo que tiene que hacer.
Es necesario ser puntuales para evitar no solo que el alcoholismo o las drogas se conviertan en conductas habituales de nuestros adolescentes,sino para que adquieran la capacidad para enfrentarse a ellas.
En la adolescencia una de las mayores influencias a la que están expuestos los jóvenes es a la presión del grupo de amigos.
De su entorno dependerá su comportamiento.
Sí un niño experimenta actitudes de rechazo, falta de atención en sus gustos o aficciones.
Lo más probable es que el niño termine uniéndose con otros que tienen esas mismas o parecidas dificultades o carencias.
Creciendo de este modo la espiral de violencia sin retorno, que a la postre es perjudicial para la adolescencia.
Estos grupos de amigos suelen propiciar conductas fuera de las normas, más violentas y adictivas.
¿ Qué hacer ante este estado de Incertidumbre ?.
Lo sugerente frente a este estado es la disciplina inductiva, que consiste en explicarles, dedicarles tiempo, afecto y escuchar sus problemas.
Esta estrategia es simple y básica, y es mejor que el castigo y el regaño, por su eficiencia.
El niño lo asimilara mejor y, con el tiempo será capaz de expresar sus problemas sin recurrir a la violencia o agresiones.
También es importante ademas tener en cuenta que ciertas conductas adictivas comienzan por la imitación dentro de un grupo y, luego otras se sostienen por otros propósitos.
Mientras el alcohol sirve para perder la timidez y las drogas para intensificar ciertos estados, el cigarrillo es por pura imitación.
En este punto es cuando mayor relevancia cobra la educación, ya que en las conductas adictivas, los modelos familiares son relevantes, y el mensaje no ha de ser ambiguo, es decir, contradictorio o carente de coherencia.
No olvidemos que prestan mas atención a tu conducta que a tus palabras.
A parte del diálogo y los modelos relevantes, también hay que aplicar ciertos limites, y no confundir los roles: el padre ha de ser padre y el niño ha de ser hijo.
El concepto de autoridad ha de conservarse, por ende, no es negociable.
Ya que aunque los adolescentes rechacen la disciplina la requieren para su crecimiento y desarrollo emocional.
Por ello es importante que las normas la ponga alguien, ante una sociedad que hace uso irresponsable de los medios de comunicación, ya que relacionan placer y diversión con el consumo de drogas.
Como podemos observar, se presenta una vez mas el aprendizaje desde la imitación, por ello lo importante es que el mensaje que los padres le comunican a sus hijos sea consecuente con el afecto hacia ellos.
Amarlos cuando menos lo merezcan, porque es cuando mas lo necesitan..
Los padres han de ser cimientos donde se apoyen y no paredes para saltar.
Los niños exigen diálogo y confianza, para atenuar la incertidumbre y la desconexión, dos emociones muy relacionadas a las drogas y a las conductas adictivas.
El diálogo rompe con el individualismo, y la confianza elimina la desconexión.
Convertirse en una fuente de información, para sus hijos es ya un avance.
Lograr que se les admiren como padres, es conquistar su amor y respeto.
No tendamos a proteger tanto a los hijos, porque amputamos su capacidad de tolerar la frustración.
Formarlos y educarlos es mas rentable y beneficioso, para superar los cambios y las frustraciones.
No olvidemos que esta etapa es crítica para no decir que difícil, por lo que los adolescentes no necesitan que se les juzgue,sino que se les comprenda, acompañe y se les ame.
No es fácil ser un adolescente Hoy, es todo un desafío como ser padres.
Les animo a no desmayar en esta loable tarea de ser Padres y Madres....sólo miren como somos nosotros con Dios, y se darán cuenta que aún nos falta crecer.

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